Mauro saltaba encima encima de Damián con total impunidad, como si ni Matías ni yo estuviéramos ahí parados, Damián tampoco nos prestaba atención, con Ignacio nos alejamos un poco del auto, llegando a un paredon, donde se apoyo agitado, estaba precioso, con la ropa desacomodada, debido a lo rápido que tuvo que ponersela y los labios hinchados, se mordió los labios y luego me tironeo contra él. Me chapaba con hambre, como siempre lo hacía.
Se arrodilló en el pasto y me bajo el pantalón y el boxer de un tiron.
[...]
Dam.
Mauro había quedado medio tonto encima mio, tuve que vestirlo con delicadeza y darle muchos besos.
— L: amor —susurró con los ojitos cerrados, sonreí enternecido y le di un beso en la frente— más beso
Le di varios piquitos por la carita y lo acosté en los asientos de atrás, a los minutos Ignacio y Mauro volvieron en silencio.
— Dam: ¿todo bien? —pregunté, ninguno contesto— uh la puta madre
— E: si todo bien —dijo—
Volvimos a como estabamos antes, solo que ahora Lit apoyaba la cabeza en las piernas de Ignacio para dormir.
— Dam: más les vale hablar lo que tienen que hablar cuando lleguemos —dije, ninguno contesto—
