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Pasaron varias semanas desde el día de la cena. El cumpleaños de Pablo lo habíamos celebrado todos los del club juntos, por la mañana en el entreno y por la tarde-noche en la casa de Ferran. Esta vez no fue como la ultima cena que tuvimos allí, entre Gavi y yo no paso nada malo, pero lo que más se notaba era que la presencia de Sira ya no estaba en aquella casa. Creo que fui la persona a la que mas le dolió, ya que me llevaba muy bien con ella, aunque estoy segura de que las demás chicas también notaron que nos faltaba la catalana.

Los demás días no hicimos nada fuera de lo normal, Pablo iba a sus entrenamientos, a alguno le acompañe, dos días a la semana iba a mi nueva academia de baile, recupere mi trabajo como periodista. También me rencontré con Sergi, pasamos el día juntos, nos contamos un montón de cosas y me enseño su nuevo piso. 

Hoy es domingo, y hay partido del Barça contra el Villareal. Es el primer partido de la temporada en el que trabajo como periodista, hubo dos antes, pero los vi desde las gradas. Parecía que iba a ser un partido normal, pero en el minuto doce Gavi marcó un gol, en un principio hizo su celebración de siempre, el beso al escudo, pero luego vino corriendo hacia donde estábamos yo y Sergi, se posiciono frente a nosotros e hizo una "L" con una de sus manos, para luego hacer un corazón con las dos. Por mi parte recibió una sonrisa. 

El partido continuo y acabo con una victoria para el equipo blaugrana, pero Pablo no quiso acabarlo allí. Vino corriendo hacia nosotros y me hizo un gesto de que entrase al campo con él. Le hice caso y salté la valla que me separaba del césped con su ayuda. Me dijo que le esperase allí un momento, asentí y se fue hasta al banquillo para volver unos segundos después. Pedri venia caminando detrás del sevillano, el cual parecía que estaba esperando por su amigo. 

–Lia.– Me llamó Pablo. 

No le conteste nada, pero mi mirada estaba puesta en él. Vi como se e arrodilló frente a mi, haciendo que me extrañase.

–No te preocupes que no te voy a pedir matrimonio, pero es algo parecido.– Comentó Gavi. 

Miré hacia Pedri, él cual estaba con el móvil en la mano, seguramente estaría grabando. El canario me sonrió. Mi mirada volvió a Pablo.

–Lia, yo se que empezamos con mal pie, pero míranos ahora, los dos nos queremos un montón, asi que... –Prosigio hablando. –¿Quieres ser mi novia?

Mientras hablaba habia sacado una cajita que escondia en su espalda y la habia abierto dejandome ver un collar plateado con un infinito.

Me quedé sin palabras y tarde en responderle. Mi mirada viajo hasta Pedri, el cual asintió como indicandome que le dijese que sí, volví a mirar a Pablo pero el ya no me miraba, también miraba al canario.

–¿Piensas que voy a decir que no? Claro que quiero.— Le respondí con una sonrisa dibujada en la cara.

Él se levantó del suelo y se acercó lentamente a mi para ponerme el collar alrededor del cuello. Cuando acabo, ambos nos quedamos mirando a los ojos del otro, sin decir nada, solo sonriendo. Finalmente Pablo cortó la distancia que habia entre nosotros para juntar nuestros labios en un tierno beso. Las gradas del estadio olímpico aplaudían, y los compañeros de Pablo y el staff también. Al separarnos del beso nos abrazamos durante unos minutos.

—Enhorabuena, pareja.— Dijo Pedri, que fue el primero en acercarse a nosotros.

Deje de abrazar al sevillano para abrazarlo a él, Pedri me dio un beso en la cabeza al corresponder.

—¿Viste como no tenias que ser mala con él?— Me susurró, haciendo que me riese.

—Ojala no tener que decirlo, pero tenías razón, Pedrito.

—Siempre la tengo, rubia.

Me volví a reír.

Volví junto a Sergi tras ver como todos los jugadores del Barça felicitaban a Pablo, bueno, si eso se podia llamar felicitar. Más bien estaban gritandole cosas mientras le empujaban. Mi antiguo compañero de piso me abrazó al llegar a su lado, también se rió un poco de mí ya que me había terminado enamorando del único futbolista que en un pasado odiaba.

Ayudé a Sergi a recoger todo después de entrevistar al jugador que me tocaba ese día, que fue Frenkie De Jong. Cuando acabamos fui directa al parking del estadio olímpico, donde las veces anteriores había quedado con Gavi para volver a casa. Pasaron algunos jugadores antes que Pablo, al cual abracé nada más le vi aparecer.

–Estas completamente loco, Páez.– Le dije.

–Loco por tí, García.

Ambos nos reimos.

–¿Recuerdas que te dije que lo haría pero que todo a su tiempo? Pues aquí está. Quería que fuera especial.– Añadió segundos después.

–De cualquier manera hubiese sido especial, Pablo.– Él sonrió por mis palabras. –Pero eso no evita que ahora Ana me va a mataar.

–Tranquila que yo me encargo de que no diga nada sobre ti.

–Esta un poco demasiado obsesionada contigo.

–Normal.

Nos volvimos a reír.

Comenzamos a caminar hacia el coche mientras seguíamos hablando de aquella sevillana que me había amenazado la unica vez que la vi en persona. Estaba claro que Gavi no iba a dejar de llevarse con ella solo porque yo le cayera mal, según me contó ellos dos son amigos desde pequeños.

Al llegar a casa nos preparamos algo rápido para cenar y nos fuimos directos a dormir. Pablo me dijo que durmiera con él en su cuarto, que ahora que eramos novios teníamos que hacerlo. Creo que Gavi llevaba deseando dormir todas las noches conmigo desde que me conoció. No tardamos mucho en caer rendidos, sobre todo él, que estaba cansado por el partido.

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Se que ese partido de jugó en la cerámica, pero me cuadraba mejor en Montjuic jaja

Que bonito el amor, eh?

Only you, my boy [Pablo Gavi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora