En un pueblo en lo más recóndito de la península de Corea del Sur nacía un pequeño omega de cabellos negros como el carbón, una tez clara y pequeñas mejillas rechonchas, todos estaban expectante de oír el llanto que anunciara el comienzo en la vida, pero ese llanto nunca llegó, las parteras comenzaron a correr por toda la habitación buscando hacer reaccionar al recién nacido.
Limpiaron al pequeño bebé, cubrieron con una manta y se lo acercaron a su madre, el lugar era cubierto con la tenue luz de las lámparas de aceite, con pesar y desconsuelo iniciaron un ruego a la luna pidieron por la vida del infante, ante el clamor elevado fue recibido enhorabuena se oyó el tan esperado y deseado llanto y brilló desde su cien un pequeño mechón de pelo gris cual beso de vida concedido por la Diosa luna.
Para el alfa Park Son su hijo era una maldición desde su concepción, ellos eran un matrimonio mayor no debería haber quedado embarazada su omega, pero sus lobos decidieron otra cosa, en consuelo aceptó la llegada de otro miembro a su familia con la esperanza de que ayude a labrar en el campo junto a sus cuatro hermanos alfas, en la descendencia Park jamás se habia registrado el nacimiento de un omega hasta que llegó él, el pequeño Jimin.
Era un ser hermoso y gentil, pero su salud siempre fue delicada era un ser frágil que una simple brisa podía dejarlo un mes entero enfermo confinado a su habitación, consumiendo más recursos que cualquiera de la pequeña manada que formaban los Park.
Todos los omegas de ese pueblo eran jóvenes hermosos con aromas dulces que podían envolver hasta al más frío y duro de los alfas, a excepción de Él, su aroma era fresco, similar a la hierba buena y limón, su aroma no era ni uno ni otro, era una rara mezcla entre la dos fragancias resultando picante y asfixiante para todos los alfas que lo conociera.
A la edad de 15 años el joven omega fue enviado a arar la tierra bajo el fuerte rayo sol, cuando llegó la hora de la cena no había noticia del menor, uno de sus hermanos salió en su búsqueda encontrándolo inconsciente a un lado del arado, lo cargo en su espalda sin fuerza alguna debido al bajo peso del omega. Cuando llegó hasta la casa su madre salió corriendo en su encuentro asustada por la condición del menor de sus hijos.
—Te he dicho que no lo envíes al campo! Lo vas a matar, es un omega no puede hacer el trabajo de un alfa que goza de buena salud!— Gritó su madre furiosa al señor Park golpeándolo en el pecho.
—Los médicos del pueblo no son gratis, si quiere remedios y comida deber ganárselo como todos, y no me grites Omega, respeta tu lugar en esta casa si no quieres ir al campo con él— devolvió el grito el alfa sujetándola con fuerza de los brazos sacudiendo su menudo cuerpo.
Eun Ha sabía que podría jamás llevarle la contra a su alfa, no era un hombre malo pero era la cabeza de su manada al que debía respetar y honrar su palabra. Resignada fue a ver a su pequeño hijo que se encontraba siendo revisado por el médico.
—Señora Park, su hijo es un omega no pueden exigirle un trabajo de alfas, a este paso no podrá llegar vivo a los 20.— dijo el médico del pueblo.
—Lose, pero su padre no quiere entender que es un omega— respondió angustiada.
—Estos días deben cuidar de el con ojos de halcón, si pueden lograr que cambie seria lo mas indicado para que pueda reponerse mas rápido— Retirándose le dejó unas hierbas medicinales. —Que las beba en un té al amanecer y al anochecer.— Sin más se retiró de regreso al pueblo.Los siguientes días fueron difíciles para el pequeño Jimin, la hierbas que le indicaron le hacían tener constantes nauseas y todo lo poco que lograba ingerir lo devolvía de inmediato. Al quinto día cambió a un pequeño lobito negro con una motita blanca en el medio de sus orejitas.
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A light at the end of the tunnel
FantasyEl solo quería ver una luz en su tormentosa vida, aunque haya sido solo un destello fue el mejor brillo que pudo vivir... Esta historia es una colaboración con @Erika1275 Es su idea, y yo la desarrollo 💕💕