●Prólogo●

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Omnisciente.

Ellos estaban muy claros en lo que habían escuchado, pero no lo creían posible, a pesar de que ya llevaban tiempo haciéndolo.

Pensar que todo había comenzado por un simple juego a una víctima "inocente" que violó a su pequeña abejita, y ahora, no solo era un juego, ahora era parte de su vida diaria. De allí provenían sus instintos.

—¿Asesinos, de experimentos?_Pregunto la pobre Amber aun sin creérselo.— Eso no puede ser.

—Sí, querida, si puede ser, todos ustedes provienen de un experimento, llamado GDIA.

—¿GDIA?_Pregunto uno de los hermanos.

—Generación de instintos asesinos._Respondió la "amable" señora.

—Me cago en la..._Dice otro de ellos.

Todos estaban confundidos por aquellas confesiones de parte de sus, ¿familias? Aún no lo tenían claro, pero lo cierto era que eso debían averiguarlo, y ya sabían cómo.

Solo que no sabían que sus planes cambiarían drásticamente por un leve acontecimiento de parte de alguien muy cercano...

Suelen decir que las mejores ideas nacen de aquellas mentes olvidas, o aquellas mentes psicópatas.

Y sinceramente, yo no creo que sea tan mentira ese pequeño dicho, y ya verán el porqué.

Porque el fuego entre ellos así como puede quemarlos a ellos mismos, puede quemar a los demás a su alrededor. Y sinceramente, no de la mejor manera.

El fuego entre nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora