Ya algo lejos de Lucas el semblante de Alex cambió, el tipo agradable no existía más y obviamente por la fuerza que ejercía en mi brazo era más que acertado a pensar que el tipo agradable no iba a volver.
Entramos al baño que en ese momento se encontraba desolado y mal iluminado, perfecto para cometer un crimen, genial. Por fin me soltó y me miró con esa misma mirada molesta con la que me había estado torturando las primeras horas de clases.
— ¿Quién te crees para arrastrarme aquí? Si acaso quieres pelear...— Fui de repente interrumpido, el alfa loco se me acercó con brusquedad, por fin pude ver sus exóticos ojos mirarme directamente, aunque a diferencia de lo que pensarían muchos, el verde resultaba muy aterrador.
Me miró de arriba hacia abajo mientras se acercaba a mí, su paso de pronto se volvió más ligero, lentamente mis pies me guiaban en la dirección opuesta a la amenaza en potencia. Él me miraba atentamente como si se tratara de un cazador mirando a su presa, su atención era aterradora, seguí caminando hacia atrás, sentía por alguna razón que de algún lado iba a sacar un cuchillo y procedería a apuñalarme.
Retrocedía y el avanzaba, pegué un salto cuando la fría pared chocó con mi espalda, no pude evitar apartar la mirada por un segundo mas tuve que volver a mirarlo de inmediato cuando escuché su voz.
— Así que, un imbécil, loco, demente, acosador y un idiota. Supongo que te gusta hacer enojar a la gente y hablar a las espaldas de otros, supongo que eso te convierte o en un cobarde o en una rata doble cara ¿Cuál prefieres? — Me quedé estupefacto, tal vez esperaba que Marco le contara que hablamos de él, pero se nota que ese chico le dio todos los detalles de nuestra charla. No espero nada de los alfas, pero al final no son de fiar.
— Da igual por cual de tus decadentes apodos te decidas, a mi no me queda ninguno, tu amigo solo me preguntó si había conocido alfas imbéciles desde que llegué y yo solo describí a uno de los dementes que me encontré en este lugar, ni siquiera di nombres, así que supongo que el término idiota o imbécil te quedó de maravilla —Su cara era todo un poema, era una mezcla de confusión, enojo e indignación —Si eso es todo y solo viniste para que te diera mi humilde opinión sobre tu pobre personalidad creo que lograste tu propósito, eres un idiota ¿Feliz?
Se veía gracioso, pero no tenía tiempo para admirar su bonita cara deformada por el enojo, ya me quería ir, estaba perdiendo mi tiempo con él.
Quise irme, sin embargo, cuando intenté empujarlo para salir el idiota se acercó más, me sentí algo incómodo, su mirada se veía nuevamente aterradora mientras su cuerpo se acercaba al mío, me sentía asfixiado y me sentí peor cuando sus brazos se estamparon contra la pared dejándome sin salida. No esperaba sentirme vulnerable ante nadie así que me paré derecho y le devolví la mirada.
— Haz lo que quieras, no me vas a intimidar con un truco tan barato — Ante esto él sonrió de lado.
— No pretendía intimidar —Respondió altanero
— Que raro, juraría que gruñías tal como un salvaje, un alfita que solo se acerca para gruñir y no para pelear, eso es sin duda triste, me causas pena. — Su sonrisa desapareció y se quedó callado.
De pronto sentí un horrible mareo, el dolor de cabeza aumentaba y me sentía débil, como si estuviera terriblemente enfermo, mis ojos se nublaron y lo único que quería era huir de esa maldita sensación desesperante. No me importaba nada, solo quería irme por lo que luché para empujar al alfa con todas mis fuerzas, me sentía aterrado, quería irme.
Creí que se movería, puse todas las fuerzas que me quedaban solo intentando empujarlo, pero parecía no querer moverse el maldito. Se me ocurrió en medio de la desesperación el golpearlo, no importaba nada, solo quería irme a cualquier lugar. Mis manos eran ágiles y se dirigieron a su cara mas fueron detenidas y aprisionadas. Me dolía, me desesperaba, me sentía incómodo y ahora asustado. Me sentí peor cuando sentí el dolor en mi espalda al ser estampado en la pared. Él al principio se veía sorprendido, lo recuerdo vagamente, pero en poco tiempo su mirada bajó al piso y solo podía ver como sus labios formaban una sonrisa, entonces lo entendí, eran sus malditas feromonas dominantes.
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Un beta más
RomansaEn el mundo solo soy uno más, como lo sugiere mi casta, un beta más entre todos aquellos que viven para ser el escenario de ¨ellos¨ Vivimos para ser olvidados y solo aquellos que nacen para ser especiales dejan su huella. Solo soy uno más, solo uno...