ㅡYeonnie, bebé, ¿qué tienes ahí? ㅡLisa asomó apenas la cabeza en la abertura de la puerta del menor frunciendo el ceño al segundo cuando el rápido movimiento lo desconcertó.
ㅡ¡Nada, mami! ㅡchilló a cambio.
Lisa ingresó a la habitación con cuidado, sin invadir su espacio pero queriendo cerciorarse que todo estaba en orden.
ㅡA mí me pareció ver algo debajo de las mantas.
ㅡ¡No es nada mamá! ¡Lo juro!
ㅡEstá bien, amor, confío en ti ㅡLisa lo tomó entre sus brazos, besó su mejilla y luego lo volvió a dejar en el suelo.
Terminó saliendo de la habitación con una extraña sensación en el pecho, sin saber con seguridad si se trataba de su loba o de algo más. La verdad era que Yeonjun estaba a punto de cumplir 4 años, en un par de semanas, y tenía tanto miedo de que no la necesitara más. El niño se volvía más y más independiente con el pasar del tiempo y pronto comenzaría el jardín de niños, pese a que en Nueva York recién era obligatorio a partir de primaria, ellos querían que empezara a integrarse con niños de su edad.
ㅡA ti todavía te falta tiempo para esconderme cosas ㅡLisa tomó entre sus brazos al pequeño Beomgyu, el cual chilló mientras afianzaba sus brazos al cuello de la alfa y se fregaba en busca de su aroma.
Lisa lo acomodó a un lado de su cadera a la vez que juntaba un par de juguetes esparcidos y como había sospechado su omega volvía de la cocina con una taza de té y algo de fruta destinada a su cachorro.
ㅡ¿Qué le sucede a mi alfita? ¿Mhm? ㅡJennie los abrazó a ambos cuando sintió el aroma desolado de la mayor.
ㅡNo lo sé, omega, mi loba se siente rara ㅡmurmuró.
ㅡ¿Mamá rara? ㅡBeomgyu había aprendido muchas palabras nuevas por lo que la etapa de balbuceos había quedado atrás para dar lugar a frases pequeñas y muchas veces sin sentido.
ㅡ¿Rara en que sentido?
ㅡEntré a la habitación de Yeonjun y cuando le pregunté qué estaba haciendo él ocultó algo de mí.
ㅡOh... ya sé por donde viene la cosa, alfa. No te preocupes, seguro es algo sin demasiada relevancia y cuando se sienta listo nos dirá.
Lisa solo se encogió levemente de hombros mientras dejaba que el dulzón aroma de su omega la cubriera y se deleitaba con las pequeñas risitas y preguntas sin mucho sentido de su cachorrito.
Al rato, Yeonjun creyó ser muy sigiloso en su entrada a la cocina cuando en realidad había hecho demasiado ruido, volvió casi corriendo a su habitación con algo entre sus manos que no dejó ver pero Jennie también terminó notando la rareza que su alfa había pretendido.
Cenaron los cuatro juntos entre miradas discretas de los adultos. Yeonjun actuaba un tanto extraño, comía con rapidez y mantenía su mirada en todos lados menos en los ojos de sus madres.
Lisa lo arropó en su nido como de costumbre, besó su frente y pretendió ignorar el nervioso "Buenas noches, mami" de su bebé.
Al otro día despertó entre risitas por los ataques de besos salivosos que sentía por su rostro.
ㅡJen, amor... ㅡmurmuró entre sueños intentando que se detuviera, sin embargo, un extraño sonido logró que se despertara por completo.
Sobre su pecho descansaba un pequeño gatito. Era completamente blanco, con pequeños ojos celestes y un tanto desalineado. El minino maullaba como si su vida dependiese de eso y si sus cálculos no estaban errados no tendría más de un par de meses.
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The family's farm | Jenlisa
Fanfiction↪Lisa y Jennie se conocieron años atrás en una circunstancia demasiado diferente a la de hoy en día. Sin embargo, ahora, siendo alfa y omega, se establecieron en una bonita granja a las afueras de la ciudad mientras cuidan de sus dos cachorritos. ¿...