¿Qué es Goretober?
Goretober es un desafío artístico o literario que tiene lugar en octubre. Es un reto de dibujo o relato diferente y nuevo todos los días que sean acerca del Gore.
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Era otra noche tranquila dónde todos abundaban relajados; hace dos días fue el suceso de Courtney que generó los traumas para Duncan. La creencia era que nadie los atacaría durante ese astro que los iluminaba...
Pero ahí apareció ese agresor durante la charla que conlleva a la calma; se apresuraron en huir mientras se separaban con eficacia. Corriendo estaba Heather dispersada del conjunto, entre los árboles que volvía a ver una y otra vez durante el abandono.
"¿Chicos? ¿Hola? ¿están por ahí?" Formuló mientras su apuro se esfumaba, merodeando por el bosque con chillidos casi inaudibles para los demás adolescentes que se refugiaron.
La azabache se asusta cuando no tiene ni la más mínima idea de dónde habitaba, así examinando sus alrededores sin indicio alguno del paradero de sus contrincantes.
Aunque trás deambular una fracción interminable de tiempo; ella a lo lejos escudriñó el campamento mientras se aliviaba, pensando que ahí sería su salvación de él debido a que era la localización en la que más se escondían los demás.
Pero ahí fue cuando su cabello fue sujetado con un vigor inexplicable. Estaba arrastrándola mientras ella gritaba de agonía y con pánico por su existencia intacta hasta ahora, preguntándose... ¿qué se suponía que debía hacer?
"AYUDA, PORFAVOR ALGUIEN-" sus protestas no eran oídas mientras se direccionan a un sitio que Heather desconoce por el hombre de dudosa procedencia, entre llantos que la delatan cómo una menor. "PORFAVOR TE LO RUEGO, NO ME MATES."
"TE AYUDARÉ" Sus súplicas se asemejan a un infante y además que sin obedecer a los reproches de la ronca tonalidad reanuda su forcejeo mientras se adentran en la cafetería. Ella parpadea con la preocupación infiltrada en su organismo, con más de esos cristales pintando su retrato en sus pómulos. "¿Qué me vas a hacer...?"
La intromisión a la cocina debido a su información rescatada la ahuyentó y impulsó más a continuar con su lucha, pero era inerte... nunca se liberaría.
Se extrañó babélica cuando la sometió a la heladera; arrojándole con fuerza sin afición al impacto que Heather no logró tolerar del todo, así sumergida en la penumbra que titila en su desolada lozanía.
Consiguió un asiento con dificultad, achinando sus párpados antes de percatarse de la motosierra que se activaba, titubeando y con la ansiedad encarnada. "No..."
"¡NO!" Ella se levantó para ir en la ruta a la puerta; nunca se arrepintió de lo que conversó groseramente en esa pesadilla, porque solo quería divertirse.
Comenzó a estrellar sus nudillos en ese picaporte irreal, con alaridos que denotaban sus plegarias por un auxilio que nunca fue acudido. Él se asomaba con su arma letal a sus espaldas, antes de hacerla arrodillarse aún con sus hebras envueltas entre sus dedos mientras ella clausura sus turmalinas con esa herramienta cortando la lejanía a su yugular. Entre lágrimas y cólera; lo exclusivo que pudo chillar fue unas palabras básicas.
