Choi Yeonjun es un adolescente como cualquier otro: apesta en clases, tiene amigos por montones, sale a divertirse y gusta de otros chicos. En especial Moon Soobin, el nerd debilucho con el cual comparte clases y quien es tiernamente tímido.
En un g...
Yeonjun vivía hundido en una piscina de aburrimiento. Nadaba a estilo mariposa entre las aguas intoxicadas del desesperante hastío que lo apoderaba a diario.
No quería admitirlo, pero hasta escuchar al señor Jung hablar sobre físicas lo entretenería más que tener la casa sola y no poder hacer nada. La última vez que él había querido aventurarse a hacer algo fue querer prender la televisión.
Y, sí, sonaba raro – ¿Cómo podría prender la televisión, si era un gato? El control estaba en lo alto de una pequeña repisa que habían colgado específicamente para el codificador. Para llegar a eso, Yeonjun trepó el mueble y después de alentarse mentalmente por lo que parecieron horas, saltó al anaquel exitosamente. Por alguna razón, pensó que podría agarrarlo con las manos (o, bueno, patas). Falló miserablemente, dejando que el control caiga encima de la alfombra peluda del living. Por más que fuese un material suave, la altura era mortal y no había otro destino aparte del quebrantamiento del control remoto.
Así que no pudo ver caricaturas. Lo peor de todo era que recibió el peor castigo de todos, aparte de los gritos histéricos de Yongsun: la mirada decepcionada de Soobin.
No puede hacer mucho más después de eso, al mínimo ruido sospechoso era mirado atentamente por quien se encontraba más cerca de él.
Sus orejas se levantan cuando escucha un sonido proveniente de detrás de la puerta, salta desde la cama hasta el suelo y espera pacientemente a que Soobin aparezca. Su cola, alta y temblando un poco en anticipación.
Aprendió que si se sentaba muy cerca de la puerta, era posible recibir un portazo si Soobin estaba enojado. Toma distancia, escuchando atentamente los sonidos aplastados por la distancia.
La puerta se abre. Soobin la sostiene, dejando pasar a Beomgyu primero. En cuanto Yeonjun ve al rubio, su cola baja y empieza a moverse de lado a lado. Ninguno parece notar su presencia. Soobin se desploma rápidamente en su cama y Beomgyu se sienta rígido en una de las esquinas de esta, mirándolo con pesadumbre en sus ojos.
Las palabras que antes eran ahogadas por las gruesas paredes, ahora se escuchaban claramente:
─Ya dije que puedo explicarlo, Soobin.
─No- no tienes que explicarme nada, ¿sabes? ─habló, ronco─. No es tu culpa, actuemos como si esto no hubiese pasado.
─Yo no quiero actuar como si nada de esto hubiese pasado. Te amo, Soobin, pero... ─titubeó.
─No es de la misma forma en la que yo te amo. Lo sé.
Yeonjun mira, desde abajo y como podía sin interrumpir la escena, con el corazón roto.
─Perdón.
─No tienes porqué disculparte. ─Se escuchó un sollozo, que Yeonjun asume es de Beomgyu por como sus siguientes palabras salen atropelladas y aguadas.
─Sí, sí tengo porqué. Estoy arruinando lo que tenemos. Yo- yo quiero seguir siendo tu amigo, Soobin, pero no puedo- no puedo amarte.
Hay un silencio, uno en el que se escucha la fricción entre las sábanas contra las piernas de ambos. Los sollozos se intensifican, pero son sofocados ya que el rostro de Beomgyu estaba pegado al pecho de Soobin, buscando confort en sus brazos.
(Yeonjun, por dentro y en silencio, deseaba ser quien se consolaba en sus brazos.)
Se escuchan susurros, Soobin diciéndole que no era su culpa. Yeonjun no entiende nada del intercambio tan personal entre los dos.
Los sollozos paran, y el menor vuelve a hablar. ─¿... Te puedo besar, Soobin?
No hay una respuesta verbal, pero si se escuchan respiraciones entrecortadas y el sonido húmedo de labios chocándose. Yeonjun puede saber cuando se separan, porque sus respiraciones se vuelven pesadas.
─... No lo hi-hice bien ─Soobin exhaló con gravedad─, ¿puedo intentarlo de nuevo?
Si el corazón de Yeonjun ya estaba roto, se había vuelto a romper en miles de pequeños pedazos más.
Yeonjun busca refugio debajo de la cama, ahí donde estaban escondidos los juguetes que odiaba y que no quería que Soobin siguiera intentándole vender como algo divertido, no queriendo escuchar más. Se hace una bola, bajando sus orejas.
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dw, no pasa mucho entre soobin y bg. :)
creo que se nota que hay ciertos recursos que me gustan usar a la hora de escribir. los paréntesis siento que los veo más cuando leo un fanfic en inglés en ao3 pero me quedaron de ahí y soy muy fan. también este señor (–) lo amo. mucho.
quería que este capítulo fuera muchooo más corto, pero ~ cosas que pasan. sigue siendo corto, igual. también quería subirlo más temprano, pero me distraje con varias boludeces.
nada más que decir, creo. sigo sin decidir el final, ayuda (!!!).
