CAPÍTULO 34

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—¿Por qué hay tanto trabajo? —me quejé, soltando los documentos que había estado leyendo durante la última media hora.

—A veces se vuelve peor. Dirigir no es cosa fácil, y menos cuando hay tantas cosas que requieren de tu observación —respondió con seriedad.

En ese momento, estábamos revisando los informes que él mismo había elaborado sobre los flujos de los clubes, haciendo recomendaciones sobre áreas que necesitaban mejoras. Luego, tendríamos que lidiar con los asuntos de la empresa petrolera. No sabía cómo lo haría, pero estaba dispuesta a enfrentar el reto.

—¿Cómo pueden ganar tanto con estos clubs? —me sorprendí, al ver la cantidad de ceros en el total de los ingresos—. Esto ya es una fortuna.

Vova sonrió con orgullo, aunque cansado.

—Y no es nuestro mejor mes —añadió, levantando una ceja—. ¿Vas a autorizar las remodelaciones?

Asentí con determinación.

—Sí, viendo los meses anteriores, las ganancias están disminuyendo, aunque solo sea un cinco por ciento, pero será más evidente con el tiempo. Haremos lo siguiente. Contrataremos un arquitecto para que nos haga un plano de cada club, para remodelarlos. A pesar de que las fotos que he visto son bonitas, necesitamos algo moderno. Además, buscaremos a alguien especializado en diseño de interiores. Por otro lado, requeriremos a dos expertos en marketing para asegurarnos de obtener una buena publicidad.

Vova me observó por un momento, y finalmente, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, asintiendo.

—Desde hoy, me encargaré de esas tareas —aprobé con un gesto de cabeza, lista para abordar el último tema con él.

—Perfecto. Según lo que leí en los informes de Misha, compraron algunos barcos. El objetivo fue aumentar el capital y los ingresos. Ni siquiera puedo leer cuánto costaron, solo quiero saber cuánto han generado los tres y si se acerca o ha superado el costo total de adquisición.

—Este mes. Fue más rápido de lo que teníamos previsto. Fue una buena elección, pero ahora los trabajadores tienen más responsabilidades.

Asentí, considerando la situación.

—Aumenta el sueldo en un veinte por ciento. Necesitamos mantener a los trabajadores satisfechos; solo de esa manera trabajarán más y producirán con mayor calidad.

—De acuerdo. Hay otros temas más pequeños que me encargaré de resolver.

—Gracias. Dile a Dima que entre, por favor.

Estaba preocupada por esa mujer embarazada. Después de nuestra llamada, Darko no había vuelto a contestar y ni siquiera Lyonya sabía lo que estaba sucediendo. Algo bueno de todo esto es que hoy mismo vería a mi niño; solo tenía que terminar el trabajo y poder irme.

Cuando la puerta se abrió, me enderecé en mi lugar y le señalé el asiento al frente de mi escritorio.

—Es mañana la reunión. Quiero que vayas con varios hombres. Antes, mira el perímetro y no te límites. Las consecuencias las veremos en el camino.

Dima esbozó una sonrisa o algo parecido, el hombre no sonreía a menudo.

—Wao, pensé que me dirías algo como: "No quiero muertos". Estaba preparado para un discurso muy moral de tu parte.

Sonreí inocentemente y me levanté.

—No, no hay discurso... solo una orden.

Se levantó también, su mirada fría penetrándome.

—Escucho.

—Me traes esas armas o la sangre de ese hijo de puta. No puedes llegar vacío.

Por un momento, pude observar la sorpresa en su mirada, pero rápidamente se despejó y asintió.

TENTACIÓN ITALIANA (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora