Ya me había calmado un poco y dejé que papá me comentara su plan.
—Y si me hubiese negado, aun así, tendría que casarme con Francesco porque ya me ofreciste como esposa. Le ofreciste a tu única hija al Don. —Mi corazón estaba herido. Que jugara con mi vida y mi futuro de esa manera, jamás se lo perdonaría—. Nuestra relación no será la misma después de esto que hiciste.
—Tesoruccia —negué levemente.
—No, no soy más tu tesoro y después que esta mierda termine...que Francesco haya muerto, no te quiero más en mi vida.
—No le hagas eso a tu padre, cara... él te ama.
No podía aguantarla un segundo más.
—Usted cállese. Es una conversación de padre e hija. —Señalé, lo bastante enojada—. No tiene derecho de estar interrumpiendo y metiendo sus narices. Recuerde, usted no es nada para mí.
—Isabella, respeta a mi esposa... por favor.
Un pensamiento se cruzó en ese momento y esperaba que, por el bien de todos, no fuera así.
—¿Ella te dio esa idea? —Me miró confundido—. ¿De casarme con su sobrino?
—Por favor, hija, no... yo lo pensé y fui yo quien habló con el Don.
Veía sinceridad en su mirada, pero aun así tenía dudas.
—Lo siento Isabella, no me volveré a entrometer. —Esa mirada de odio con la que me observaba no la podía pasar por alto—. A veces soy un poco imprudente.
—¿Y ahora qué sigue?, ¿Cuándo tendré que casarme? —quise saber, mientras inhalaba profundamente, trataba de no perder la cordura.
—Él mandará por ti esta noche, supongo que lo sabrás hoy.
—Ja, esta noche. Por favor váyanse, no quiero seguir viéndolos. —Los guie hasta la entrada—. Tengo mucho que pensar.
Estaba por hablar, pero negué. Nada de lo que diría ahora me importaría.
No fue hasta que se fueron, que me permití gritar de frustración, pero entonces recordé lo que él me había dicho días antes y el móvil que me dio.
"Si necesitas cualquier cosa, ya sea mínima. Desde dinero o que tenga que matar a alguien por ti, llámame y lo haré".
¿Él sería capaz de matarlo?, ¿mataría al Don de la Cosa Nostra por mí?
—No, eso sería mucho. —Murmuré para mí misma—. Son socios y posiblemente amigos, no podría pedirle algo así.
Iba sumida en mis pensamientos mientras caminaba hacia mi habitación, cuando me percate que, al pasar por la sala, de soslayo, había visto a alguien sentado en uno de los muebles.
Un escalofrío recorrió mi espalda.
Volteé rápidamente, quedando estática al ver a una mujer apuntándome con un arma.
—Hola Isabella —sonrió.
Se veía menor que yo y era malditamente bella, tenía un rostro angelical que no concordaba con lo que estaba haciendo, solo bastaba que vieras sus ojos, para darte cuenta de su oscura mirada. Me recordó por un momento a Darko.
—¿Cómo sabes mi nombre? —me atreví a preguntar.
Miraba las opciones que tenía para rebatarle el arma de sus manos.
Era un espacio abierto lo que facilitaría todo, pero al ver su porte, la seguridad que emanaba y ese traje táctico que portaba.
Esa mujer no era cualquiera. Era alguien entrenada y una especie de soldado.
ESTÁS LEYENDO
TENTACIÓN ITALIANA (Borrador)
Teen FictionDarko Romanov, su nombre representaba poder, dureza y arrogancia en su máximo esplendor, un ruso imponente en toda la palabra. Era un hombre sensual, que poseía una oscuridad capaz de matarte. Sabía de antemano que saldría herida en cuanto sucumbi...