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Londres, a 18 de marzo de 1896

Ha llegado una carta de un Conde al bufete quien dice estar interesado en adquirir una propiedad en Londres. El señor Horner ha revisado la peticiones de este Conde y cree tener la propiedad perfecta para él en Carfax. Se trata de una casona abandonada desde hace muchos años. Desde que comencé a trabajar con el señor Horner hemos tenido esta propiedad y pensamos que sería imposible venderla.

El señor Christian sabe que planeo casarme pronto, por ello me ofreció ir personalmente a ver al Conde. Debido a la insistencia del comprador, parece casi imposible que la propiedad no se venda. En mi caso, sería de gran ayuda si puedo regresar con un contrato firmado. No solo me llevaría una parte de las ganancias, que se servirían para comprar una casa para mí y mi amada Caroline. Si no también, le demostraría a Caroline y su familia que estamos preparados para el matrimonio.

Horner espera correspondencia de parte del Conde Verstappen esta misma semana. Si él acepta recibirme en su casa en Transilvania, viajaré el próximo martes.

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Londres, a 21 de marzo de 1896

Esta mañana el señor Horner me ha llamado a su oficina para hablar acerca de la venta de la casa. Christian hizo mucho énfasis en que soy el indicado para este trabajo, aparentemente el Conde de un hombre reservado y yo, en las palabras de mi jefe, soy "el vendedor más carismático". Las exigencias de este Conde son muy específicas, quiere una propiedad grande y cercana al centro urbano. El dinero para él no representa ningún problema.

Otra de las exigencias que el Conde Verstappen ha puesto, es que desea que uno de los representantes de bufete se reúna personalmente con él en el castillo de su familia en Transilvania. Debido a la importancia que este cliente nos representa, lo ideal sería que Christian se reuniera con él, pero el viaje es demasiado largo y él ya es bastante mayor. Por lo que me ha delegado esta tarea. Sé que no es necesario decirlo, pero me siento profundamente agradecido de que me haya elegido a mí.

Después de una larga charla en su oficina se me otorgaron las llaves de la propiedad y los planos. Debo de visitarla en los siguientes días, memorizaré cada detalle de la cara para poder responder las preguntas del Conde. Después del trabajo he visitado a Caroline en su hogar, para contarle las buenas nuevas. Compre algunos tulipanes antes de llegar. Ella se ha mostrado emocionada sobre el viaje y me ha externado su deseo de que podamos casarnos lo antes posible.

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Carfax, a 22 de marzo de 1896

Escribo esto mientras me encuentro en la residencia a manera de recordatorio sobre como luce el lugar. Al llegar me he encontrado con una vieja ruina, sin dudas será caro repararla, hace años que nadie se ocupa de este sitio. En una rápida inspección puedo notar que tiene muchos cristales rotos o directamente faltantes. Dos de las cinco chimeneas están destruidas y el tejado del último piso, esa inservible, debe de cambiarse por completo.

El parque que rodea la propiedad está lleno de maleza y las estatuas de mármol y concreto necesitan ser limpiadas. El suelo del último piso, que ha fungido como un techo para el cuarto nivel, está podrido. Si alguien lo pisará sin dudas, colapsaría por completo. Los sótanos, y los siguientes 3 niveles, son habitables. Pero sin dudas tiene que repararse antes de que alguien pueda vivir en ella. Algo que he notado, que no se menciona en ninguno de los documentos oficiales, es un brazo del Támesis que pasa en la parte trasera de la propiedad. El pozo está en perfecto estado y el agua es pura y cristalina, además de que el quiosco en el patio trasero también se mantiene casi intacto.

Si logro vender esta propiedad, estoy seguro de que podré vender cualquier cosa. Tal vez de esta manera me vuelva "indispensable" para el Bufete Horner.

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Londres, a 23 de marzo de 1896

La respuesta del Conde llego hoy, el señor Horner me ha pedido que me vaya lo antes posible. He comprado mi boleto de tren que me llevara hasta la costa. Mi primer parada será en Francia, es mi primera vez dejando el Reino Unido e introduciéndome al continente. Mentiría si dijera que no estoy emocionado, estoy ansioso de irme, pero también de volver y contarle a Caroline todo lo que conocí.

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Francia, a 4 de abril de 1896

Hemos llegado a tierra esta misma tarde, el viaje ha sido tranquilo. El mar estuvo en calma, Caroline me acompaño hasta el puerto en Inglaterra y lloró desconsolada en mis brazos hasta que el barco llego. Me pidió que volviera con bien lo antes posible y me dijo que no me enamorara de otra mujer en mi viaje. Le prometí que no lo haría, ella me dio un rosario y una pequeña biblia. Ahora mismo llevo ambos en mi bolsillo, ella fue personalmente con el sacerdote a pedir que los bendijeran.

Es también la primera vez que estaré tan lejos de Caroline desde que nos conocemos. Me rompe el corazón tener que dejarla, pero si todo sale bien podré comprar una casa para nosotros y hacerle esa boda de cuento que ella siempre ha deseado. Sería un corto sufrimiento por un bien mucho mayor en el futuro.

Pasaré la noche en una posada, mi tren sale a primera hora por la mañana.

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Múnich, a 10 de abril de 1896

El viaje ha sido agotador. Recién he llegado a Alemania, pasaré 3 días aquí hasta que el próximo tren salga con tumbo a Viena. Debido a los derrumbes se ha retrasado los viajes. Esperaba poder viajar el mismo día que llegara a Múnich. Aprovecharé el descanso para escribir algunas misivas a Caroline y al Señor Christian. Además de enviar otra al conde, informando el día de mi llegada. Todas con carácter de urgente.

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Budapest, a 14 de abril de 1896

Llegue a Viena esta mañana, con 3 horas de retraso. Me vi obligado a pasar la noche en esta ciudad. Por la mañana tomaré un expreso que me llevará hasta Klausenburg, desde ahí seguiré en coche hasta Transilvania.

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Klausenburg, a 15 de abril de 1896

Hoy no ha habido ningún problema. Gracias a dios. Llegue una hora antes de lo estimado, hice el check in en el hotel al mediodía y aproveche para darme un baño y lavar mi ropa. Pude tomar el almuerzo con calma y escribir algunas cartas. Pedí que se me respondiera a la residencia del Conde, pues llegaré pronto ahí. Espero pasar unos pocos días con él y poder volver a Londres antes de que mayo empiece. La cena estuvo deliciosa, una de las empleadas trajo mi ropa limpia y doblada, mi cochero debe de llegar mañana a las 9 de la mañana.

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Bistritz, a 17 de abril de 1896

Hemos llegado a Bistritz a las 6 menos 15 de la mañana. El viaje ha sido engorroso, pues el coche se ha atascado en múltiples ocasiones. El camino es horrible, sumado a eso, no ha parado de llover desde que entramos a la ciudad. No podré viajar esta noche, ningún cochero se atreve a salir con estas condiciones hacia Transilvana. Los dueños de la posada me han advertido que ir ahí es peligroso y me contaron esas tontas historias de fantasmas, bruja, vampiros y hombres lobos.

En Londres se habla de ciencia, pero no se puede esperar nada más de campesinos en esta parte del mundo. Fingí creer sus historias y les mostré el rosario que llevo en mi cuello. Solo así logré que me rentaran una habitación y dejaran de molestarme. Si bien es cierto que me considero un hombre religioso, no creo en las historias de fantasmas.

Si dios nuestro señor existe, no permitiría que demonios como los que los mitos describen existieran. Me iré a dormir temprano, los viajes de noche en tren son horribles, y las camas de las anteriores posadas han sido incómodas. Tampoco es que pueda decir que esta es mucho más cómoda que las anteriores. 

Descorazonador ||Chestappen||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora