Homecoming: BNA: Brand New Animal.

Inflexible

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Dos días después de haber encontrado a Vanko.

Shirou toco la cortinilla de aluminio del almacén de Cletus una vez, siendo respondido por dos golpes desde el interior, luego el volvió a golpear tres veces más.

La puerta lateral del almacén se abrió, dejando entrar a Shirou.

"Hola Billy, gracias por la visita, no hay mucho que hacer aquí" El fugitivo hombre corpulento le saludo desde una silla junto a una mesa de jardín, mientras leía el periódico...

"Hola Morsa" Shirou arrastro consigo una mini nevera, propiedad de la casa de cambio de Cletus.

Shirou la había aprovisionado con lo esencial para el improvisado escondite de Vanko, luego la enchufo a una pared.

"No será permanente, pero esto será mejor que colar comida enlatada al almacén por un tiempo"

"Si supongo, gracias..." El hombre corpulento no parecía demasiado motivado por el giro de acontecimientos.

El lugar tampoco ayudaba, Cletus había movido la mayoría de cosas a la trastienda, pero esto no dejaba de ser minúsculo.

Pero Vanko no se veía inmensamente ensimismado por eso.

"Se que quieres decir algo, anda, escúpelo"

Vanko emitió un gruñido propio de un vejestorio, esta visión era extremadamente rara para Shirou.

Considerando que el era el mayor de los dos.

Vanko se lo pensó bastante, pero el origen de su consternación solo podía resumirse en:

"... cambiaste bastante"

Esperaba ese comentario cada par de semanas, siempre intentaba que pasara como un cumplido... lo intentaba.

"¿Tu crees?" Se sentó sobre una caja en la bodega.

De la nevera saco un par de latas, Vanko se anticipo a recibir una con un mejorado humor, haciendo una atajada impecable.

Sabia que si volvía con aliento a alcohol, era probable que abriría las puertas del Hades.

Pero al demonio, era un maldito adulto.

"Y lo digo, cambiaste un MONTON, no enloqueciste al escuchar la palabra humanos, además, pareces despierto e incluso una persona decente"

"... Cállate" Rodo los ojos mientras le daba un sorbo a la lata.

Una sonrisa involuntaria se estaba formando en su semblante.

Si, su viejo "yo" también le habría dado un tunda por esa broma.

"También me espanté un poco al verte, al principio creí que habías venido a buscarnos..." Vanko añadió mientras ponía la cerveza medio vacía en la mesa.

"Fue una casualidad" Y era Raro, Japón no era el lugar mas grande del planeta, pero encontrar a los dos después de tantos años...

"Tampoco creí que harías buenas migas con los humanos alguna vez"

Shirou recordaba perfectamente a que se refería.

Tratándose de humanos, el podía ser altamente irrazonable, tanto que la apología a los mismos era algo que todos evitaban dentro del movimiento.

Claro, solo Natalia podía.

"... intente no hacerlo, pero ella es testaruda como no tienes idea" Shirou espetó al aire, fallando en ocultar el ápice de fascinación en su voz.