capitulo 7

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Caminó despacio, recorriendo cada rincón de aquella casa que lo acogió por cinco años, observó cada detalle de ella y las guardó en lo más profundo de su mente para no olvidar su recuerdo mientras su mente se apagase

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Caminó despacio, recorriendo cada rincón de aquella casa que lo acogió por cinco años, observó cada detalle de ella y las guardó en lo más profundo de su mente para no olvidar su recuerdo mientras su mente se apagase. Tocó con la punta de sus dedos cada mueble llevándose el recuerdo del roce en sus manos.

Las lágrimas ya no caían ¿Para qué? Si estaba claro que pasar sus últimos momentos en vida llorando era una tremenda estupidez. Estaba de paso, en su mente se ilustró su muerte dejándose caer por aquél acantilado, y la idea le pareció magnífica, una muerte segura en dónde nadie se vería afectado por el hedor de su cadáver. Si, eso era lo que anhelaba.

Pasó por su cuarto, el baño, recorriendo a la vez en su mente todos los momentos vividos con él, Jeon ¿Producto de su imaginación? En realidad siempre estuvo solo, por un efímero momento creyó que no era así, que por fin había encontrado a alguien con quien pasar su vejez hasta llegar a sus últimos días. Todo aquello solo era una farsa, eran nada más que alucinaciones.

Sus compañeros de trabajo, Jungkook ¿Qué más era alucinación? ¿Podría el mismo acaso ser una?

La cabeza le punzó fuertemente, sus manos empezaron a temblar, él no lo sabía, pero aquello era debido a su síndrome de abstinencia, sin querer y sin saber, se había vuelto adicto a aquellos químicos. Todos aquellos líquidos se volvieron sin querer parte de su rutina, ahora sufría las consecuencias del daño que eso le hacía ¿La diferencia? Es que ahora estaba consciente de su patética realidad.

Le dió un bajón que lo tumbó al suelo, su garganta se secó, su cuerpo empezó a sudar frío y el temblor en su cuerpo no cesaba. Corrió al baño y desesperadamente echo agua en su cabeza empapándose. Caminó de nuevo hacia el interior de la casa tomando un poco de control en su cuerpo, de su cabello caía el agua, recorría el torso de su cuerpo por dentro de su ropa haciéndole temblar de frío.

Avanzó por la casa hasta que llegó a un viejo mueble, aquél lo había comprado o más bien se lo habían regalado unos vecinos que se estaban mudando de casa, los antiguos dueños pensaron que era una basura, pero en vista que él necesitaba llenar los espacios vacíos de su casa, se los compró a un precio ridículamente simbólico. Abrió las puertas del estante encontrándose con varios frascos frente a él.

¿Tan jodida estaba su mente para olvidar que tenía material de sobra en casa?
Y como si de un proyector se tratara, recordó cada momento en el que se desveló haciendo más y más sombreros, entre risas lunáticas y pláticas consigo mismo, terminaba tirado en el suelo cansados y con las manos entumecidas de tanto hacer dobleces para darle forma a los sombreros.

Tomó el frasco y una idea pasó por su mente ¿Quería morir, no? Al menos iba a hacerlo de la mejor manera. Buscó un trapo y abrió el frasco para verte el líquido en la tela. Suspiro cansado con las manos temblando y sin pensarlo tapo con la tela su boca y su nariz, inhalando con fuerza hasta que lo húmedo en la tela se secó.

Mad Hatter (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora