Capitulo 4

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El amanecer a su lado era lo más exquisito

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El amanecer a su lado era lo más exquisito. Adoraba ver sus párpados cerrados, sus labios sellados y su rostro calmado. Escuchó en él la sinfonía más bella que jamás se hubiera permitido escuchar, la exhalación que salía de su nariz era como vida para él. Rechazó cualquier idea de separarse de su lado, cosa tan vana como ir a trabajar ni se pasaba por su mente, solo quería estar con él, así, desnudos, escondidos entre las frazadas que fueron testigos de las caricias más tiernas que pudieron haberse demostrado.

—Buenos días— dijo Jungkook aún con los ojos cerrados sabiendo que el pillo de Tae lo estaba observando.

Las mejillas del contrario se tiñeron de rojo carmesí al ver los ojos brillantes que lo observaban queriendo desnudarlo, o más bien, desnudar su alma.

—Buenos días— respondió tímido escondiéndose bajo la manta.

—Esta noche fue la mejor de mi vida

—Igual la mía, no sabes cuánto soñé con estos momentos— dijo sonriendo.

—¿Qué te parece si hoy disfrutamos del día?

Tae volteó a ver a través de la ventana, el clima era nublado y hacía un poco de frío, había imaginado pasarse el día acurrucado cerca del cuerpo de Jungkook, pero no podía negar que aquel clima tan hermoso no podía ser ignorado.

—¿Qué tienes en mente? Podemos salir a caminar ¿A dónde podemos ir?

—Contigo, ir al infierno si fuera posible.

—Jungkook... —dijo Tae escondiéndose entre las sábanas, con la vergüenza a flor de piel.

No sabía cómo pasaba aquello, pero el pelinegro lograba ponerlo nervioso con solo mirarlo.

—Mmmm. No es mi culpa estar tan enamorado, es tuya por ser tan hermoso.

—¿Kookie?

Al salir ese pequeño apodo de los labios de Tae lo hizo levitar entre las nubes, adoró como lo había llamado, agradeció que estaba cubierto por las mantas porque ahora era él que sus mejillas estaban coloreadas por un rojo intenso, el calor no le duró mucho tiempo en sus mejillas, fue bajando poco a poco hasta centrarse en su pelvis y sintiendo el cosquilleo y la excitación que tenía, se asombró de como unas simples palabras pudieron causarle tanto en su interior.

Se escabullo también entre las sabanas buscando, tanteando con sus manos el cuerpo desnudo contrario, cuando sintió su mano aferrada en la cintura de él lo atrajo con fuerza quedando de frente bajo las sabanas.

—Mira lo que haces…— susurró Jungkook.

Jaló hacia él su cuerpo y el menor pudo sentir en su pelvis la dureza del miembro de Jeon, de los labios de Tae escapó un jadeo cuando sintió los labios de Kook recorrer su cuello y la sensación de las manos de él apretando sus glúteos y pegándose más a él simulando ser embestido, era la sensación más placentera que podía haber sentido nunca.

Mad Hatter (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora