Embarazo doble {Larry Stylinson} {Mpreg}

Tercer mes.

La habitación era cómoda y muy espaciosa. Todo se encontraba en su sitio, tan pulcro y tan blanco. Justo como la primera vez que estuvieron allí. Louis por inercia llevo su mano a su abdomen, ahora si se sentía el vientre abultado. Una sonrisa se posó en su rostro mientras caminaba y con ayuda del doctor se sentaba en la camilla. Los nervios lo consumían un poco pero la mano de Harry sostenía la suya propia acariciándola con el pulgar.

–¿Listo, Louis?

Miro al doctor, tan sonriente como siempre que iba y solo asintió.

–Bueno hoy vamos a realizar la primera exploración ecográfica. Es decir que hoy podrán ver a sus hijos.

Los rostros de Harry y Louis brillaron ante eso.

(...)

El castaño bajo del coche sin siquiera mirar al rizado, este último suspiro y apago el auto guardando las llaves en su bolsillo y entrando a la casa. Abrió la puerta y el caos y los gritos inundaron sus oídos. Un Niall muy sonriente apareció por las escaleras con su cabello hecho un caos.

–¿Cómo les fue?

Harry abrió su boca para responder pero Louis salió corriendo a la cocina y preocupado lo persiguió. El castaño vomitaba lo poco que había comido durante el día en el lava platos. Harry se acercó hasta él acariciando su espalda con cuidado, susurrándole cosas en el oído que solo Louis entendía y de vez en cuando asentía.

–Niall –el rizado llamo su atención–. Dile a los chicos que vengan, que les queremos mostrar algo.

El rubio asintió energéticamente y corrió escaleras arriba llamando a los otros chicos.

–¿Estas bien?

Louis asintió. Enjuago su boca con un poco de agua y llevo su mano a su abdomen por inercia.

–No podré hacerlo, Harry –susurro.

El rizado lo abrazo. Sintiendo su abultado vientre chocar con el de él. Aunque el suyo era pequeño apenas si se notaba, el de Louis era más grande, más abultado, y ya ni siquiera las camisas anchas lograban hacer que pasara desapercibido.

–Si podrás, amor –agarro su rostro entre sus manos mirando esos ojos azules–. Estaré yo para cuidarte. Siempre.

–Si tú también estas embarazado, Harry –hizo un puchero sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

De momento a otro empezó a llorar en el hombro del rizado. Este solo lo abrazo.

–No quiero estar embarazado –sollozo–. Me voy a poner más gordo de lo normal y tú te buscaras a otra persona que este bonita.

Harry sonrió contra su cabello. Amaba el hecho de que Louis fuera bajito, era demasiado sabroso abrazarlo.

–Pero luego pienso en los bebes y serán tan bonitos ¿Te imaginan tu y yo con nuestros hijos?

–Por supuesto, serán hermosos y los querremos mucho.

–Pero me voy a poner gordo.

Louis estaba teniendo sentimientos contradictorios sobre estar embarazado, y Harry lo entendía porque él a veces pensaba en esas cosas. Pero para el castaño era más fuerte, y el rizado lo sabía perfectamente, porque en su estado cualquiera estuviera así.

Agarro con ambas manos el rostro de Louis y con sus pulgares limpios los rastros de lágrimas.

–Shh, ya. Mejor vamos a darles la noticia a los chicos.