Miah, una estudiante de arqueologia de la universidad de Oxford se encuentra en la biblioteca del campus cuando encuentra un antiguo manuscrito. Este allazgo la llevará a emprender una aventura épica rodeada de peligros, seres místicos y parajes inh...
Por la mañana el Sol salió temprano. Loki despertó primero y se dio cuenta que Miah aún dormía y, para su sorpresa, esta estaba fuera del saco de dormir, pegada su espalda, con un brazo sobre su cintura, abrazándolo.
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No pudo evitar que se dibujara una sonrisa en su cara, y pensó que podría quedarse así para siempre. Aquella chica le traía paz, como nadie más lo había conseguido en toda su vida. De pronto Miah empezó a despertar y Loki se hizo el dormido.
Ella se dio cuenta de que estaba medio recostada sobre él, así que se hizo a un lado de inmediato y salió de la tienda rápidamente, no quería que el chico se hiciera una idea equivocada.
Cuando Loki salió, no hizo ningún comentario al respecto, sin duda se guardaba aquel jocoso As en la manga para tomarle el pelo en otra ocasión.
-Buenos días - dijo él.
-Buenos días. ¿Has podido dormir?
- Gracias a ti. Has sido muy amable. Y, de nuevo, siento haberte despertado anoche.
- No ha sido ninguna molestía- Le sonrió Miah tímidamente, jugueteando con su cabello entre los dedos.
Después de desayunar y coger fuerzas, Loki hizo cuentas y se percató que tan sólo les faltaba por conseguir una reliquia.
- A ver qué destino nos aguarda hoy - dijo Loki desplegando las manos a la vez que, en ellas, aparecía el pergamino. Aquellos sencillos trucos fascinaba a Miah.
Ambos se pusieron a observar el manuscrito con atención, descifrando conjuntamente las coordenadas y el mensaje que les revelava que la próxima y última reliquia era el Espejo de la Verdad y que este se encontraba en el reino oscuro de Niflheim.
Niflheim, o en una traducción literal, Hogar de la niebla, está situado justo por encima de Hel, el reino de los muertos. Es el reino de la oscuridad y las tinieblas y está envuelto por una niebla perpetua. También es hogar del gran dragón Nidhoggr, que, según la leyenda, roe sin cesar las raíces de Yggdrasil.
Miah y Loki llegaron al lugar donde indicaba el pergamino, sin dar rodeos por los alrededores esta vez.
El aire era frío y denso, había mucha humedad en el ambiente y se podía percibir un hedor muy desagradable, como una mezcla entre descomposición y madera quemada. Sin decir nada, entendieron que estarían allí el mínimo tiempo posible.
Se dieron prisa en encontrar el lugar exacto indicado por el manuscrito. Allí en la entrada del Santuario Olvidado de Niflheim, Miah y Loki tuvieron serias dudas de si debían entrar y es que el lugar era realmente espeluznante.
El Santuario estaba medio en ruinas y tenía todas las paredes ennegrecidas. A cada lado de la puerta de entrada se encontraron con unas esculturas gigantescas a las que les faltaba la cabeza. Eran del mismo color negro que el resto del edificio.
