Miah despertó con la luz del Sol de primera hora de la mañana.
Al darse la vuelta vio que el fuego seguía encendido pero que Loki no estaba allí. Se levantó rápidamente y lo buscó por todas partes con la mirada, temiendo que se la hubiera jugado y se hubiera marchado con el medallón.
Pero al ponerse en pié y mirar por encima de una roca, vio que estaba sentado junto al riachuelo, mirando hacia el infinito, entretenido con sus propios pensamientos. Respiró aliviada al comprovar que no la había dejado tirada y, despacio, se acercó hacia donde estaba el chico. Se sentó a su lado, pero no demasiado cerca puesto que aún tenía reservas acerca de fiarse de esa nueva versión de Luke que había descubierto.
Loki la miró con expresión seria, esperando a que ella le diera alguna pista de si seguía enfadada con él o no. En seguida se dio cuenta, muy a su pesar, que el enfado seguía intacto. ¿Qué puedo hacer para reparar la situación y seguir adelante?
- ¿Cómo está tu herida? - mirando al horizonte, mostrando frialdad.
- ¡Oh! Creo que sobreviviré.
Loki quiso bromear, pero se dió cuenta que ella quería mantener las distancias. Al decir verdad ni siquiera le dolía el arañazo.
- Veo que sigues enfadada - dijo después de un largo e incómodo silencio.
- Así es - tajante.
- Déjame decirte, entonces, que sé que tú tampoco has sido sincera del todo conmigo. O sea que no tienes derecho a estar enfadada conmigo.
- ¿Cómo dices? -Miah lo miró con cara de ofendida.
- Lo que oyes. Sé lo que llevas al cuello. Necesitas saber qué significa y me estás utilizando para poder descubrirlo.
- Ah... - Miah empalideció frente a este comentario. No sabía qué decir en ese momento.
- Cómo ves he hecho mi trabajo. Pero tranquila, no te juzgo - levantando ambas manos - Entiendo tus motivos, y no me importa que no me lo contarás, yo en tu lugar hubiera hecho lo mismo - se acercó un poco a ella para verla de frente - pero no me parece justo que sigas enfadada conmigo.
Miah bajó la mirada, sonrojada por la vergüenza de que hubiera descubierto su secreto. Se llevó la mano a la llave por encima del jersey.
- Tienes razón... yo - pero Loki la cortó.
- Mira, hagamos una cosa. Dejémonos de tanta disculpa inútil. Ninguno de los dos sentimos de verdad haber mentido al otro. Seamos sinceros.
- Está bien, entonces ¿qué propones?
- Empecemos de nuevo: Hola, soy Loki Odínson y necesito que te unas a mi en una loca y descabellada misión para encontrar reliquias antiguas y otros cachivaches para llegar a una fuente de poder milenaria... Y además tengo hambre - dijo cómicamente extendiendo el brazo hacia ella para que encajaran las manos en forma de saludo.
- Está bien. Hola Loki - con una sonrisa - soy Miah Lovegood y necesito que me ayudes a descubrir que es esta llave que me dejó mi abuelo... Y, la verdad, también tengo mucha hambre - dando la mano a Loki.
- No más mentiras. Te lo prometo - con tono y mirada seductora.
- No más mentiras - sonrojándose de nuevo.
- Genial. Y dime Miah Lovegood ¿te apetece desayunar?
- Claro, pero me temo que aquí no hay nada, a parte de árboles - mirando a su alrededor - y la cafetería más cercana se encuentra a horas de aquí.
- ¿No has escuchado lo que te he dicho? - Haciendo alarde de seguridad y poniendose de pie - Soy Loki.
Este movió las manos con elegancia y, en unos segundos, apareció frente a ellos un desayuno completo sobre una manta de cuadros en el suelo. Miah quedó asombrada. Había leído sobre objetos mágicos y seres con poderes sobrenaturales, y ahora, no sabía muy bien cómo, estaba frente a uno de ellos.
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LOKI Y LAS RELIQUIAS DE YGGDRASIL
Ciencia FicciónMiah, una estudiante de arqueologia de la universidad de Oxford se encuentra en la biblioteca del campus cuando encuentra un antiguo manuscrito. Este allazgo la llevará a emprender una aventura épica rodeada de peligros, seres místicos y parajes inh...