1. ENTRE LIBROS

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La biblioteca Bodleiana de la universidad de Oxford iba a cerrar sus puertas en unos minutos, pero Loki sabía que ella no se marcharía entonces. Llevaba semanas observándola y sabía de sobra que ese día, como todos los martes y todos los jueves, sin excepción, la chica pediría al responsable de la biblioteca poder quedarse hasta después del cierre.

Lo tenía todo estudiado. Había llegado el momento perfecto para poner en marcha su plan, ella debía encontrar el manuscrito.

Miah, una joven y brillante estudiante de arqueología y antropología, estaba elaborando una exhaustiva investigación para su tesis de último curso, por eso cada día después de clase se pasaba horas y horas en la biblioteca. El tema que había elegido para la tesis era la mitología nórdica, como no podía ser de otra forma.

Los mitos, las deidades, las profecías y las leyendas siempre habían despertado su curiosidad y atraído su interés, ya desde pequeña. De hecho era algo que había heredado de su abuelo, este siempre le contaba leyendas de viejos mundos con criaturas tan astutas y tan fascinantes que la atrapaban palabra a palabra en cada uno de los relatos. Podría decirse que, de alguna manera, la mitología nórdica formaba parte de su vida.

En medio de las investigaciones que Miah estaba llevando a cabo para su tesis, había descubierto que había una reliquia, muy antigua, que en apariencia parecía tener muchas similitudes con un colgante que su abuelo le había regalado antes de morir.

El colgante era una llave, con unos símbolos que se habían ido difuminando con el paso de los años y ahora eran casi inteligibles. El abuelo de Miah, siempre llevaba la llave colgada al cuello y pese a los intentos de Miah por que se la dejara, este jamás se la quitó. No obstante le hizo la promesa a su nieta de que, el día que él no estuviera, ella recibiría la llave, y al igual que él había hecho toda su vida, tendría que llevarla puesta y protegerla de todo aquel que se interesarse por ella.

Ese sería su legado y la vez su responsabilidad.

Miah paseaba entre los robustos estantes de caoba del piso superior de la biblioteca. No sabía exactamente lo que estaba buscando.

Había leído muchos, muchísimos de los libros sobre mitología que tenía el campus, y en ese momento, podía decirse que su tesis se encontraba en un punto muerto, se había quedado estancada.

Estaba bloqueada, no sabía hacia dónde debía seguir, que curso debía tomar su investigación.

Hacía semanas que no había conseguido escribir ni una sola línea en su trabajo. Pero Miah no era de las que se rendían con facilidad y estaba dispuesta a volver a encontrar el rumbo indicado y redactar una tesis de matrícula de honor.

Así que en ese momento se encontraba deambulando entre los pasillos poco iluminados de la biblioteca, disfrutando del silencio de aquel histórico edificio, del peculiar olor a papel antiguo, con los ojos cerrados dejando que sus dedos se deslizaran sobre los lomos de los polvorientos libros de los estantes, era como si esperara que alguna de aquellas obras  le susurrara la clave para seguir con su investigación, hasta que notó, al tacto de la yema de sus dedos, algo extraño.

Miró sobre lo que había posado la mano y encontró un pergamino enrollado entre dos gruesos tomos marrones de páginas amarillentas. Era el mismo pergamino que Loki había colocado ahí para ella.

Miah lo extrajo con sumo cuidado de la estantería, le sorprendió encontrar algo así en la biblioteca, nunca lo había visto, pese a las largas horas que se pasaba en ese lugar, sin embargo tenía tanta curiosidad que no le pareció extraño. Se acercó a una de las mesas de estudio, se sentó y abrió el pergamino con mucha delicadeza.

Miró a un lado y a otro, para comprobar que nadie la estaba mirando, encendió una de las lámparas verdes de mesa para poder ver con todo detalle lo que tenía entre sus manos. Quedó embelesada por la composición del manuscrito, todos aquellos colores, que seguían vivos pese a su antigüedad, las runas escritas a mano con tinta, los símbolos extraños... no pudo reprimir la emoción de su hallazgo y soltó un suspiró de emoción.

LOKI Y LAS RELIQUIAS DE YGGDRASILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora