My safe haven, 𝗟𝘂𝗸𝗮𝘀 𝗨𝗿𝗸𝗶𝗷𝗼. [editando]

Capítulo 3

[Narra Lukas]

Me desperté por un sonido chilloso al lado de mí.

Volteé hacía el otro lado y agarré mi celular. Eran las tres de la mañana y estaban llamándome... ¿A está hora? Dios, ya me dieron ganas de matar a alguien.

Contesté el celular, me lo puse en la oreja y hablé.

—¿A quién en está miserable vida se le ocurre llamarme a las 3 de la mañana? — Pregunte, molesto y con sueño.

—¿Lukas?

Me incorporé de golpe cuando escuché la voz de Adara através del celular.

—¿Adara? ¿Estás bien? ¿Por qué me llamás ahorita? — Pregunte.

Ella no dijo nada, se quedó en silencio. Solo podía oír su respiración agitada.

—¿Estás bien? — Volví a preguntar.

—¿Puedes... ¿Puedes venir a buscarme? — Preguntó ella con una voz, ¿triste? Espera, ¿Estába llorando?

—Adara, ¿Te hicieron algo? ¿Qué sucede?

—Por favor, ven por mí. — Susurró Adara.

—¿Dónde estás? — Pregunte mientras me paraba de la cama e iba a por mi chaqueta.

Mientras bajaba rápidamente las escaleras, ella me iba diciendo la dirección.

—Bueno, llegó en 5.

[...]

Baje del uber y me dirigí hacía una casa con música. Entre y ví a Adara con las mejillas húmedas, sentada en una silla sola y mirando hacía todos lados.

Me acerqué a ella pero no lo suficientemente cómo para que me notará.

—Adara, ven conmigo. — Dijo un chico mientras yo me acercaba.

Adara dijo algo que no escuché muy bien.

El chico la agarró fuertemente de la cintura y se la estaba llevando a algún lado. Rápidamente me apresure a ir a por Adara. Me acerqué a él chico y le toque el hombro.

—Sueltala. — Hablé con voz firme.

Adara estába llorando y tenía todo el rímel corrido.

—¿O qué? Ella es mía, lárgate. — Dijo el muy hijo de puta.

—Ella no es tuya, y no me voy de aquí sin ella. — Dije mirándole la cara que probablemente ya me la había imaginado con sangre.

—¡Qué te larges, pendejo! — Habló en voz alta el chico.

—¡Qué me des a Adara, hijo de puta!

—¡Suéltame! — Habló Adara en un intento de zafarse del agarré del chico.

—Lindo carácter, ahora lárgate. — Hablo el chico mirándome e ignorando a Adara.

—Linda cara, cierra la maldita boca y dame a Adara si quieres conservarla.

El chico soltó una risita amargada. Estába a punto de darle un golpe, estoy muy cerca.

—¡Ella es mía! — Gritó enojado el chico que pronto se iba a quedar sin rostro.

Miré a Adara con una mirada que ojalá entendiera. Ella al parecer la entendió y mordió al chico, ella se zafó del agarré y se puso atrás de mí.

Yo cerré mi puño con fuerza y lo puse sobre el rostro del chico. No sé a quien le dolió más.

—¡No te vuelvas a meter con ella, ¿Entendiste?! — Dije en voz un poco alta, mientras agarraba a Adara de la mano.

Me volteé para ver a Adara, ella estába temblando. Solté su mano de la mía y las mías las puse sobre sus mejillas.