2. Un beso a la inglesa.

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Verena

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Verena.

La arpía no quitaba los ojos de Ezra, parecía que ella quería que la mirara.

La tensión en el ambiente era palpable, creo que con el cuchillo del pescado podría cortarlo.

Podía sentir como Ezra se encogía en su lugar, mientras su primo se sentaba en la mesa con nosotros. La chica se sentó a su derecha, al lado del padre. Lo cual hizo que el idiota, estuviera a mi lado.

No soy de odiar a las personas sin conocerlas, para ser sincera ni siquiera los escuche hablar. Pero ya los detesto.

Aunque no conocía a Ezra en su totalidad, siempre fue alguien que impone su presencia, no es fácil ser un CEO de una empresa tan importante y tener una personalidad dócil no era opción. Él es todo lo contrario, pero cuando la vio aparecer toda su seguridad desapareció por completo.

— ¿No había un nido de víbora en donde ustedes pudieran sentarse? — cuestiono Luca.

Puntos para Luca, no quise reírme. Así que seguí con mi cara de póker. Observando la situación.

— Sutil como siempre, Luca — dice la arpía.

— Es parte de mi esencia, como es parte de la tuya...

— Luca, por favor. Es la boda de tu hermana — intercedió Vicenzo. Intentando calmar las aguas —. Sinceramente no entiendo lo que hizo Dafne al sentarnos todos juntos, pero sean respetuosos.

Ezra estaba silencioso, no levantaba la mirada. Luca se mordió el labio para no reprocharle nada.

— ¿Quién es la hermosa señorita?

Tarde unos segundos en darme cuenta que me el idiota, me hablaba a mí.

Giro para mirarlo y le doy una sonrisa, le tiendo mi mano.

— Mi nombre es Verena Williams, soy novia de Ezra — hable con calma.

Soy consciente de que todos me miran, pero la verdad la mirada que más me pesa es la de la arpía. Quien dejo de mirar al pelirrojo para observarme a mí. El idiota estrecho mi mano con delicadeza, tocando de más mis dedos.

— Un gusto conocerte, soy Misael Ferrari — se presentó, le sonreí y me acomode para no mirarlo más, la servilleta era mucho más interesante —. No sabía que mi primo tenía gustos tan exóticos. Una inglesa, seguramente sabe lo que hace.

Intente no rodar los ojos, Ezra estaba callado quizás ni atención estaba prestando. Luca resoplo con fuerza.

— No creo ser exótica, pero sí creo ser una versión mejorada del gusto — Vicenzo se ahogó con su vino. Luca soltó una carcajada y Ezra levanto la cabeza. La arpía me miro con odio y Misael sonrió.

— ¿Te crees mucho acaso? —por primera vez la arpía me hablo. Podría decir que su voz era asquerosa, pero hasta eso tenía lindo la muy perra.

Todos nos en la mesa me miraban expectante, sentía los ojos verdes de Ezra pegados a mi perfil. Sonríe con altanería moderada, entrelace mis dedos y coloque mi mentón sobre mis manos. Incline mi cabeza hacia la derecha, mirándola a los ojos y sonriendo le dije.

¿Tenemos un trato?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora