28. Las princesas, en esta historia no tienen un final feliz.

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28. Las princesas, en esta historia no tienen un final feliz.



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Ezra.

Pasó una semana desde que recibí esa llamada. La llamada de Cloe, la cual corté de inmediato. No le dije a nadie que me llamó, ni siquiera a Verena.

Pero no fueron sus únicas llamadas. Toda la semana a la misma hora, me llama, pero esta vez no le atiendo.

No puedo hacerlo.

Me siento intrigado al respecto de lo que ella pueda querer, pero al mismo tiempo no soporto hablar con ella. La distancia y el tiempo sin verla, me ayudaron.

Verena, me habló del contacto 0, al principio pensé que era una ridiculez que se inventó su terapeuta. Pero tiene todo el sentido del mundo, si yo no veía a Cloe, no escuchaba su voz o no me topaba con nada que tuviera que ver con ella. Yo no sufría.

Pero ella tiene que aparecer, justo cuando estoy intentando olvidarla. Cuando quiero dejar de pensar en ella y solo enfocarme en lo que me hace bien. El recuperar el tiempo perdido con Dafne, el ayudarla a ella. Tener una mejor relación con mi hermano, y en la increíble mujer que duerme a mi lado.

Gire mi cabeza para mirarla, dormía plácidamente, cada día la veo más brillante y más feliz. Casi parece que no existió esa chica que salió llorando del baño, con el maquillaje corrido, sin una pestaña y sintiéndose patética. Ahora siempre lleva la cabeza en alto, una sonrisa gigante. Aunque a veces su familia la hace enojar y ponerse triste, eso se soluciona cada vez que hace una videollamada con su abuela.

Mientras tanto yo, sigo igual de patético. Porque solo le bastó con llamarme para que mi corazón se saliera de mi pecho, para que los recuerdos con ellas volvieran en un torrencial. Los recuerdos malos eran dolorosos, pero los buenos... Los buenos me destruyen por completo, llevaban mi cabeza hacia lugares a los cuales no quería ir...

A un futuro que planee con ella, a un bebe que podríamos haber tenido... A lo que hubiera sido, si no me hubiera engañado.

La amaba, solo el universo sabe cuánto. Como quisiera poder deshacerme de este dolor, de estos recuerdos, de este amor que le tengo a ella. Yo creía que podía, que podía dejar de quererla si me concentraba en algo más... En alguien más.

Mire de nuevo a Verena, no mentía cuando dije que no la merecía. No lo hago, porque intentó darle el amor que ella se merece, pero que ni siquiera sé si tengo algo para dar.

El pecho me arde, un ardor que se extiende por todo mi torso. Por todo mi cuerpo, una lágrima silenciosa baja por mi mejilla.

Algo dentro mio, no esta bien. No estoy bien. Una pena me recorre por dentro, escalando desde las profundidades de mi corazón, hasta llegar a la superficie.Una pena que es solo mía, un dolor que yo me provocó al pensar.

¿Tenemos un trato?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora