Capítulo 01: Entrada Prohibida

142 13 10
                                    

       
          Me niego a regresar a casa, Gahyeon me gritó desde la puerta que no sería capaz de soportar la noche afuera, porque furiosa dije que iría al bosque luego de haberle arrojado su suéter favorito, ese que le tejió mamá, al hambriento fuego de la chimenea.

La estúpida de mi hermana menor, se atrevió a hablar mal de SuA y no tenía derecho a hacerlo, lo que ocurrió entre nosotras no es su asunto, le había dicho que no me apetecía hablar de eso, lo mal que me hace el tema y la amenacé también, le dije que me vengaría de su mala intención quemando ese sueter, pero no me creyó, buscó como provocarme durante la cena, disfrutaba molestarme más de lo soportable y yo, no soportaba mucho. Gahyeon no se detuvo, por lo que le alcé la voz y ella a mí, pero ahora no estaba mamá para detenernos.


Le di un puntapié a la primera piedra con la que me crucé entre los árboles, pero no cayó muy lejos y me sentí perdedora, continué caminando con las manos escondidas en los bolsillos del impermeable, enojada con Gahyeon, molesta con Handong porque no le dijo nada y odiando a SuA porque sigue siendo un fantasma en mi vida.

Handong gritó mi nombre desde la ventana, pero lo último que oí fue la voz desgarrada de mi hermana menor colmada en ira chillando —Te odio —Claro que me odia, no me enorgullece lo que hice.

—¿Habré exagerado?

Me apoyé en una gran roca atiborrada de musgo verde, estaba cansándome tanto caminar y trataba de soportar el aire frío que, quemaba el interior de mis fosas nasales, me cubrí la nariz con las manos y le entregué calor con aliento tibio. 

—Este lugar es bastante frío y abandonado — Exhalé.

—Lo había olvidado —Susurré entre quejas.


Tenía que tocarme la noche sin luna, es que no podría elegir una peor, la oscuridad se volvía espesa, la brisa densa y la niebla del bosque amenazaba con helarme los tobillos, porque ni siquiera estoy bien vestida para esto. Un impermeable, botas de montaña y jeans es todo lo que llevo puesto.

—Debí tomar un gorro, quizás unos guantes y bufanda —Lamenté caminando a brazos cruzados por un sendero que encontré llamado Alpe della Luna, según una señalización más atrás.

Estaba perdiendo la valentía, saqué del bolsillo, el teléfono, la batería se consumía y no tenía señal, activé la linterna y el ahorro de energía, evaluaba la posibilidad de regresar a la cabaña, pero tenía dos inconvenientes.

1- Mi maldito orgullo.

2- No recordaba cómo vientres volver.

Pese a que la cabaña pertenece a mi familia, padre y madre no nos permitieron explorar los alrededores durante la noche cuando éramos niñas, decían que, así comenzaban las novelas de terror y solían tener razón en sus advertencias.

—Los extraño.

La vez que Handong ideó un plan para investigar en la oscuridad, nuestros padres nos emboscaron, regalándonos el susto de nuestras vidas, cuando salimos por la ventana, esperaron que las tres estuviésemos fuera y aparecieron vestidos de negro con los cuchillos jamoneros de nuestra cocina.

Gritamos con agonía, Gahyeon corrió hacia mi izquierda, mamá la sostuvo en el aire y ella comenzó a patalear mugiendo, yo caí al suelo con la cara llena de lágrimas, moco y tierra, viéndola, pero Handong se mantuvo de pie, firme como la hermana mayor protectora, parecía calmada y atenta a los movimientos del hombre de negro, sin saber que era papá. El se movió dejando el cuchillo en el suelo y mostrando las palmas de las manos enguantadas, Gahyeon ya no gritaba, mamá se acercaba lento a mí con la pequeña en brazos, volví a chillar cuando la sentí a mi lado, Handong se volteó a mirarme aterrada y bajó la guardia, papá la tomó de la cintura luego de dar solo una zancada hacia nosotras y se la llevó al hombro, mi cuerpo desbordaba miedo, papá se quitó la capucha, entonces dijo:

—Así de fácil puede venir un asesino —Levantando los hombros y dejando a mi hermana mayor junto a mí, quien al igual que yo, se orinó en los pantalones.

Mamá a mi lado, con Gahyeon colgada de su cuello, estaba con la cara descubierta, puso su mano en mi hombro y se agachó para abrazarnos serenándonos. Las tres lloramos tanto que juramos no volver a intentar una tontería como esa y dormimos juntas el resto de las vacaciones.

                                                                                    *****

El camino se comenzó a empinar, la sed puso pastosa mi lengua pegándola al paladar, en este punto realmente quería regresar y pedirle perdón a mi hermana, pero no sabía en qué dirección estaba caminando, el bosque era espeso y oscuro, podría estarme alejando o acercando, si me detengo es posible que algún depredador del bosque me ataque, aunque hasta ahora no he oído nada más allá que las ramas que piso o, en mi mente mi propia voz.

Dejé escapar un intenso respiro en cuanto llegué al pico de un cerro sobre la niebla, me siento en paz por fin con el aire limpio y la frescura del arbolado italiano. Miré mi teléfono, seguía sin señal.

De pronto vi luces tenues, apenas pude reconocer donde estaba parada, descendí por la vertiente de Las Macas, un terreno religioso con un viejo convento cerro abajo del que oí hablar, pero nunca supe su ubicación. Me encontré con un cartel en una reja trasera que decía Prohibida la entrada, y supe de inmediato que, frente al cartel de la reja, estaba esta chica que claramente no haría caso a su advertencia.

Mantenme en Silencio | JiYoo | DreamcarcherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora