Capítulo 3

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-Así que eres jugador del equipo de rugby de la escuela.-Aseguré.

-Capitán, mejor dicho. Pero sí, soy jugador.- Me respondió Liam.

Justo después de nuestro encuentro y de las clases, me hizo un tour por todo el instituto. Habíamos hablado mucho. No pensaba hacer amigos tan pronto.

Liam me había presentado a sus amigos (que obviamente todos eran chicos del equipo) y la verdad me habían caído muy bien. Excepto cuando le preguntaron que si ya se había liado conmigo.

Haber, no voy a mentir. Liam es guapo. Pero yo de momento lo veo como un amigo. Y supongo que él me ve de la misma forma.
Él es el típico chico popular pero no es nada de engreído.

-Y eso es todo.- Comentó Liam sacándome de mis pensamientos.

-Gracias por enseñarme el instituto y por presentarme a tus amigos.- Le contesté con una sonrisa sincera.

-No es nada.- Me respondió con otra sonrisa mientras se metía las manos en los bolsillos de los pantalones.

Estábamos en los aparcamientos mientras que los demás salían en dirección a sus casas. Si esta mañana hacía frío, ahora hace todavía más. El cielo está cubierto por unas nubes grises que no me gustan nada. Seguro que tengo la nariz y los mofletes colorados.

-Bueno, me debería ir yendo hacia mi casa si no quiero llegar tarde.- Le digo mientras caminamos hacia la salida.

-Si quieres te puedo llevar hacia tu casa. Seguro que va a llover y no quiero que te llueva y cojas un resfriado.- Me dijo mientras señalaba un coche azul parado detrás suyo.

-¿Estás seguro? No quiero que llegues tarde a tu casa.

Haber, quiero que me lleve. Primero porque va a llover y no tengo ningún paraguas. Y segundo porque ahora mismo tengo mucha pereza en ir a casa andando.

-Para nada si mis padres no llegan hasta esta noche.- Me contestó abriendo la puerta del copiloto invitándome a subirme.

-Esta bien. Gracias.- Le dije mientras me subía en el coche.

No me percaté de que justo en frente del coche de Liam, había una moto.
Una moto negra que recuerdo muy bien.
Y de repente, un chico se acercó a esta y se subió en ella.

Un chico castaño oscuro casi caoba con unos ojos azules que los reconocí al instante.

-¿Quién es él?- Le pregunté a Liam una vez que se metió dentro del coche.

-¿Quién?- Dijo mirándome con el ceño fruncido.

-Ese chico de en frente que va entero de negro.

-Ah, ese es James Matthews. Intenta no hablar mucho con él.- Soltó mientras le ponía mala cara y arrancaba el coche.

-Pues creo que lo voy a tener difícil para no hablarle ya que es mi vecino.- Solté bajo pero aún así lo escuchó.

-¡Qué!- El grito que pegó me aclaró que no le gustaba mucho lo que le acababa de soltar.

-Lo que oyes. Vive en una mansión enorme, ¿verdad?- Espero no haberme confundido porque si no me daría mucha vergüenza.

El primer y único día que lo vi tenía el casco de la moto puesto así que hay una pequeña posibilidad de que no sea él.

-Si, en una casa que han reformado más veces que yo que sé- Soltó con un resoplido.

-¿Y vive mucha gente allí?- Pregunté mientras miraba hacia el frente.

-Por lo que he escuchado dicen que no. Solo vive él con su padre. De la madre hay muchos rumores, pero seguro ninguno se acerca a la realidad.- Soltó con la vista puesta en la carretera y un semblante serio.

-¿Cómo que hay muchos rumores?

Y ya empezamos. No eres capaz de estar callada sin preguntar por la vida de otros que ni siquiera conoces.

-Pues que la gente se inventa cada cosa para pasar el rato. No tienen nada mejor que hacer por eso lo hacen.- Me contestó con un toque de enfado y cansancio en su voz.

-Bueno, eso pasa en todos los pueblos. Siempre hay dos o tres que se encargan de sacar conclusiones de todo lo que ven y luego lo propagan por ahí.- Le dije intentado ponerme en su lugar. Por la cara que tiene supongo que él no habrá sido una excepción de aquellas especulaciones.

-Solo te puedo decir con certeza que antes había una mujer, que supongo que era su madre. Pero desapareció de la noche a la mañana. Ellos no se juntaban mucho con los demás del pueblo por eso no me sorprende que no les hubieran avisado de la marcha de ella.

-Bueno haber, yo creo que si se hubiera ido, lo habría comunicado al menos con los vecinos.- Le contesté mientras le indicaba qué calle coger para llegar a mi casa.

Liam empezó a contarme sobre algunos rumores tontos que la gente del pueblo se había inventado. Pero mi cabeza no le estaba prestándole atención a eso, si no al porqué Liam no quería que me juntara con mi vecino.

Cuando me quise dar cuenta estábamos ya enfrente de mi casa. Espero que mi hermano no esté husmeando para que me pille y luego se lo diga a mis padres. Que tu hija venga en un coche de un desconocido no es que sea muy agradable.

-Eeee, Liam. ¿Te puedo preguntar una cosa?- Me giré para quedar mirándolo a él y poder estar más cómoda.

-Claro dime.- Liam quitó las manos del volante y me miró expectante a lo que tenía que preguntarle.

-¿Por qué me has dicho que no me junte con James?- Lo solté. Tenía que hacerlo. Que alguien te diga que no hagas algo y no te de explicaciones te deja una intriga que no se puede controlar, por lo menos para mí.

Liam suspiró y se recargó en el asiento y fijó su vista en la casa que teníamos justo en frente.

-Digamos que hace cosas que no debería hacer.- Soltó sin más.

-¿Qué tipo de cosas?- No creo que fumar sea una de ellas porque más de la mitad del instituto fuma hasta por las orejas.

-Pues no sé, peleas, drogas y supongo que más cosas.- Dijo con cara de asco.

-¿Drogas?- Haber, no sabía mucho sobre los efectos que eso puede producir a las personas que lo ingieren, pero sí sé que los ojos rojos o las ojeras pueden ser una de ellas.

Antes, cuando vi a James no parecía tener los ojos rojos. De hecho se veía incluso mejor que yo. Parecía como si fuera a su bola pero mal como tal no se veía.

-¿Pero, tú lo has visto?- Si me decía algo de alguien espero que lo haya visto él con sus propios ojos y no sea un rumor.

-Haber, visto visto no, pero si he escuchado que..-

-Ósea que solo son rumores.- Lo corté antes de que acabara. Antes se empezó a quejar de los rumores y ahora son la verdad absoluta. No hay ni quien lo entienda.

-Si.- Suspiró y bajó la cabeza.

Vale, es hora de ir a mi casa, que el hambre me está matando.

Liam es buena persona por lo que veo pero se cree algún que otro rumor.

-Bueno, creo que debería entrar ya a mi casa- Le dije mientras me quitaba el cinturón y habría la puerta del coche.

-Espero verte mañana en el instituto.- Me miró y me dio una sonrisa.

-Allí estaré.- Le contesté yo con otra sonrisa saliendo.

Nosotros en el amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora