El timbre del cambio de clase retumba en mis oídos cuando suena por todo el instituto.
Mi profesor de historia se gira y deja de escribir en la pizarra para terminar de explicarnos el trabajo que tendremos que hacer en los próximos días.
-Eso es todo chicos. Por cierto, el trabajo será por grupos de tres, así que para el próximo día quiero verlos ya hechos.- Y con una palmada por parte de este, cogió sus cosas y abandonó la clase.
Recojo todas mis cosas que estaban desperdigadas por el escritorio y voy guardándolas en mi mochila bastante despacio.
Genial, tendré que pedirle a dos personas que formen un grupo conmigo. La ilusión de mi vida.
Miro por toda la clase para ver a los posibles candidatos. Pero toda esperanza se va a pique cuando veo que todos, y digo todos, tenían ya sus grupos hechos.
Claro Claire, ellos ya se conocen desde hace mucho tiempo. No van a elegir a la pobre chica que acaba de mudarse de otro país.
-Se te ha caído un boli.-Me soltó de repente una voz que no reconocía.
Después del bote que pegué por el susto, me giré hacia el otro lado para encontrarme con una chica que sujetaba mi boli en frente de mi cara con una mano.
Una melena pelirroja y unos ojos verdes aparecieron en mi campo de visión.
La chica sonreía haciendo que sus mejillas llenas de pecas resaltaran.-Oh...Eeee gracias.- Dije mientras le daba una pequeña sonrisa y cogía el bolígrafo.
-No te había visto nunca por aquí. Así que supongo que eres nueva, ¿no?- Me preguntó mientras yo me levantaba para dirigirme a la cafetería. A lo que ella repitió.
-Sí, soy nueva. Me he mudado de casa y bueno, aquí estoy.- Le respondí parándome al lado del escritorio.
-Ah, pues seguro que pronto te acostumbras. Este instituto no es tan malo después de todo. Soy Mia, por cierto.
-Yo me llamo Claire, encantada Mia. Sobre el instituto, malo no lo parece pero grande sí que es. He tenido que pedir un mapa en secretaría para poder llegar a las clases sin perderme.
-Bueno Claire, si necesitas una o dos compañeras para no perderte por el instituto, estamos a tu servicio.
-¿Dos?- Pregunté sin entender.
-Ah, lo siento es que no te he presentado a Ruby. Es aquella que está en la puerta esperando.- Me señaló con la mano a una chica morena con cara de pocos amigos.
-Ven a la cafetería con nosotras.- Me animó caminando de espaldas hacia la puerta para mirarme.
-Eeee claro, vamos.- Le respondí yo poniéndome al lado suya.
Cuando llegamos a la chica que seguía esperando en la misma posición que antes, la saludé con la mano, a lo que esta solo subió las cejas y asintió con la cabeza.
Las tres salimos de la clase y cruzamos todo un pasillo para bajar por las escaleras para llegar a la cafetería.
-Haber, como te explico.- Empezó a decir Mia en tono pensativo y mirando por todos lados.
-No sé si en tu anterior instituto había este tipo de gente, pero por si acaso yo te lo voy a explicar.- Comentó cuando llegamos a la cafetería y nos poníamos en cola para coger la comida.
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Nosotros en el amanecer
RomanceClaire se muda con su familia a una nueva ciudad en su último año de instituto antes de entrar a la universidad. Allí, conoce a su nuevo vecino que le sacará de todas sus casillas por el carácter de engreído y gruñón que tiene. El primer problema:...