Chocando con el Pasado

75 5 0
                                    

Tal vez la palabra "odiar" era demasiado para lo que sentía hacia ella y lo peor era que ni siquiera la odiaba por lo que hizo en ese entonces, eran tan jóvenes e inexpertos que por esa inexperiencia fue que terminaron así, cumpliendo un papel que aún no debían y tal vez fue demasiado que ni siquiera podía llegar a sentir rencor hacia ella. Pero si la única forma de olvidarla y que ya no doliera, era odiarla, eso haría él, la odiaría por todo y nada a la vez y solo así, él podría volver a ser feliz.

Sin embargo, olvidarla no es fácil porque después de todo no solo es la madre de su hija, fue su primer amor, fue su primera vez y su primer beso, fue la primera vez en la que realmente amo a alguien tanto que daría y dejaría todo por ella y tal vez eso está mal porque no piensa en las consecuencias que eso traería pero no pueden culparlo, después de todo... Él todavía la ama. No siquiera importa las palabras que dijo aquella noche cuando se fue, a pesar de que pasaron años, él estaba seguro de que si volviera... Él la perdonaría por todo lo que pasó e hizo, haría cualquier cosa por no volverla a perder nunca más.

El amor a veces nos vuelve tan idiotas que hacemos o haríamos cualquier cosa por esa persona en especial y eso... Eso es entrar al mismo infierno, porque no importa cuántas veces te haga sufrir, tu seguirás ahí para esa persona con los brazos abiertos.

- ¡¡Cuidado!!

Jungkook no escuchó el grito del chico que se diría hacía él en una bicicleta por lo concentrado que estaba en sus pensamientos hasta que sintió el golpe del choque que tuvieron los dos chicos al frente de la guardería. El castaño había terminado con la bicicleta del otro encima mientras que el otro chico había terminado al otro lado de la entrada de la guardería, estaba boca abajo y con la ropa desgarrada. El mayor cerro los ojos del dolor, la bicicleta había golpeado justamente en su rodilla y el dolor era insoportable, trato de calmarse regulando su respiración dando respiraciones profundas olvidando por un momento la presión que sentía su rodilla en ese momento y volteo a ver al otro chico que acababa de sentarse en el suelo moviendo su cabeza de un lado al otro.

- ¿Acaso no sabes manejar una bicicleta? -reclamo molesto.- Por dios, mínimo podías haberme gritado o algo

- Debes de estar bromeando... ¡Te grite, no fue mi culpa que no escucharás!

Jungkook trato de calmarse una vez más y señaló un cartel.- Estabas en una zona de peatones, no de bicicletas así que no fue mi culpa

El pelinegro volteo a ver e hizo una mueca al ver qué el otro chico tenía razón, se levantó y se sacudió su ropa que se había ensuciado con un poco de polvo del suelo y miro volvió a dirigir su mirada al otro.- Perdón, pero seguiré diciendo que si te advertí que iba a pasar -el otro volteo a verlo con los ojos entre cerrados mientras se levantaba.

- Y yo seguiré diciendo que no escuché nada pero como sea, me voy -se dio la vuelta retomando su camino, aún que al dar el primer paso su rodilla empezó a doler, sin embargo, no se detuvo en ningún momento.

Por otro lado, el pelinegro pudo ver como el castaño caminaba de una forma algo rara y se sintió culpable, pero aún así no dijo nada y al igual que él otro, siguió con su caminó.

Jungkook cojeaba ligeramente mientras avanzaba, sintiendo punzadas de dolor en cada paso. No podía evitar pensar en lo que había pasado hace unos momentos. Estaba tan absorto en sus pensamientos sobre ella, sobre el pasado, que no vio venir el accidente. No era solo el dolor físico en su rodilla lo que le molestaba, sino el recordatorio constante de sus sentimientos no resueltos.

Al llegar a la guardería, Jungkook se obligó a sonreír para la pequeña figura que corría hacia él. Su hija, con una sonrisa brillante y ojos llenos de alegría, no merecía ver a su padre abatido.

- ¡Papá! - gritó ella, saltando a sus brazos. A pesar del dolor, Jungkook la levantó con esfuerzo, su amor por ella dándole fuerza.

- Hola, princesa - respondió, besando su frente. - ¿Qué tal tu día?

Ella comenzó a contarle con entusiasmo sobre sus actividades, los juegos y los amigos que había hecho. Mientras la escuchaba, Jungkook sentía cómo sus preocupaciones se desvanecían momentáneamente. Su hija era su ancla, la razón por la que seguía adelante cada día, a pesar de todo.

Al regresar a casa, tras acostar a su hija, Jungkook se sentó en el sofá, masajeando su rodilla adolorida. Sus pensamientos volvían una y otra vez a ella, a su primer amor, a la madre de su hija. Se preguntaba si alguna vez sería capaz de dejarla ir completamente.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, el pelinegro del accidente, Taehyung, no podía quitarse de la cabeza la mirada de dolor y resignación en el rostro de Jungkook. Sintió una punzada de culpa por no haber insistido en ayudarlo. Quizás debería haberse ofrecido a llevarlo a un hospital o al menos a asegurarse de que estaba bien.

El destino a veces tiene formas extrañas de unir caminos. Lo que comenzó como un choque inesperado podría convertirse en el comienzo de algo nuevo, una amistad, un entendimiento, o tal vez, una forma de sanar heridas del pasado.

Caminos Entrecruzados - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora