Sin mirar atrás

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— Listo, Kara. Esta es la última caja.

— Gracias, Alex.

Kara había pasado dos semanas en el hospital después del extraño incidente que había ocurrido en su departamento. Cuando los paramédicos la encontraron, después de la llamada de uno de sus vecinos que reporto demasiado ruido en su piso, estaba casi muerta.

Le había dicho a los policías que no recordaba nada de lo que había pasado, ya que si les contaba la verdad, la meterían de inmediato a un psiquiátrico.

Después de salir del hospital, le pidió ayuda a Alex para mudarse.

No iba a regresar allí.

No podía.

— ¿Estás bien? — le pregunto Alex al cerrar la puerta de la camioneta donde llevaba todas sus cosas.

Kara aun usaba cabestrillo en el brazo roto y tenía varios moretones y rasguños que aún eran visibles, pero seguía pareciendo triste. Y no dejaba de mirar el balcón del que durante todo un año fue su departamento.

— Creo que sí.

— Te lo dije Kara. Te lo advertí. Jugar a la novia con ese fantasma era peligroso. Debiste mudarte desde la primera vez que la viste.

— Lena era una buena per…

— ¡No es una persona! —señalo con molestia, Alex — ¡Es un ser que casi te mata!

— No era su intensión. Está asustada, Alex. Asustada y sin ente der lo que pasa. Ella solo reaccionó a la noticia...

— ¡Casi te mata!

Kara abrió la boca, pero no tenía argumentos sólidos para justificar lo que había pasado.

Alex la miró encogerse de hombros y ocultar la mirada. Suspiro para tratar de calmarse,giró los ojos y miró al cielo buscando las palabras correctas.

— Sabes, yo misma estoy considerando muy seriamente eso de llevarte al psiquiatra, cada vez que dices eso de que estabas sintiendo algo por ella. No puedes enamorarte de un fantasma, Kara.

Kara sonrió. No tenía ánimos de hablar sobre eso y mucho menos de ponerse a explicar de nuevo lo que le había pasado con Lena. 

— Lo que no entiendo—. Siguió Alex — Es, ¿cómo fue posible que el fantasma te siguiera a la calle? Según lo que nos dijo ese tipo de la televisión, ellos no pueden abandonar los lugares a los que están atados. Pero, tú fuiste con ella al parque, y esa vez que te pusiste a pegar carteles por la calle como tonta.

— Alex...

— Perdón, está bien. Es que de verdad me preocupé por ti cuando me avisaron del hospital. Solo, hay que irnos, ¿Sí?

— Sí. Es hora de irnos.

Alex entró de inmediato a la camioneta.

Pero Kara, antes de entrar, levantó la mirada hacia las ventanas de su departamento y volvió a ver a Lena paseando por la sala. Parecía que comía un tazón de cereal.

Se sintió triste al verla.

No se lo había dicho a Alex, pero no vendería la propiedad. No por ahora.

La mantendría cerrada para que Lena pudiera existir sin ser molestada. Había querido ayudarla a ser libre, a descansar. Pero al parecer, Lena se quedaría penando en este mundo para siempre.

Bajó la mirada, se limpió una pequeña lágrima y subió al auto de Alex para marcharse sin mirar atrás.

Fin.

Nota de la autora.
Hola.
Primero, gracias por leer.
Segundo, hay cosas que quiero decir:
•Soy una persona que se suele asustar con mucha facilidad.
•Tengo una relación tóxica con las peliculas de terror y todas las historias de este género. Me gustan, siempre me han llamado la atención, pero cuando las veo, si o si, tendré pesadillas. Grito mucho cuando me asustan y siento mucho, pero de verdad mucho miedo al verlas. Aun así, las veo y luego lloro por las pesadillas.
•Dicho eso, queda claro que no soy una experta en el tema y mucho menos escribiendo cosas de terror. Hice un esfuerzo con esta pequeña historia porque me gusto mucho la película "Los otros" tal vez se pudieron dar cuenta de que la historia esta inspirada en la película y simplemente empece a escribir para ver que salía.
Espero que les haya gustado o que por lo menos los haya entretenido un rato.
Nos leemos luego.
Saludos.

No creo en los Fantasmas (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora