Heridas...
Me despierto al escuchar la puerta del camión, rápidamente tomo el cuchillo que tengo a un lado.
- ¡Soy yo! - grita Kaib antes de que pueda moverme.
- Kaib, niño... ¿Que haces? - digo tallando mis ojos.
- Solo iba al "baño" - dice haciendo unas comillas con sus dedos.
- Está bien, pero la próxima avísame -
- Es que te vi durmiendo muy bien, perdón -
- Tranquilo, no importa, ya está, simplemente me tomaste por sorpresa -
- ¿De quien es la motocicleta? - pregunta, para luego salir nuevamente del camión.
- La encontré cuando llegué al pueblo, o y mira te traje esto - corro a buscar la mochila en la que había guardado un par de cosas.
- ¡Son mis favoritos, gracias! - dice al ver la pequeña bolsa de snacks.
Nos unimos en un abrazo, hasta que...
A lo lejos vemos una horda de inconscientes venir hacia nosotros.- Sube al camión, ¡rápido! -
Una hora...
Una maldita hora corriendo, tuvimos unos incovenientes, algunos inconscientes nos vieron y tuve que salir del camión rápidamente, caminé lejos de donde estaban nuestras cosas, me encontraba un poco desorientada en este momento.
Los perdí en el bosque, eran muchos y no podría matarlos a todos, así que debía salir de ahí.
Otra vez en la carretera me encuentro volviendo al camión...
O eso creía.
- No me mordieron Dale, me corte con una de estas chatarras - habla un hombre de tez negra, golpeando los autos varados en la carretera.
- Ve adentro de la caravana y descansa T... - dice el viejo que estaba parado arriba del transporte - Veré si hay alguna señal de Sophia o del resto -
Cuando "T" finalmente entra, aprovecho y de forma sigilosa me muevo hasta la escalera de la caravana, subo intentando hacer el menor ruido posible, pero...
- T-dog te he dicho que vayas aden... -
- ¿Cuántos son? - digo poniendo mí arma a un lado de su rostro.
- ¿Qué? -
- ¿Eres sordo? Te pregunté ¿Cuántos son? - digo alzando un poco la voz.
- Tranquila, podemos hablar de buena manera sin que me estés... apuntando de esa forma -
- Si intentas hacer algo... Ten en cuenta que seré más rápida - escupo.
- Me llamo Dale, se nos ha perdido una pequeña niña -
- No te pregunté que se te perdió - lo cortó y respondo de forma seca.
- Perdimos gente el último tiempo, pero somos alrededor de 10 personas, más o menos, no lo sé -
- Dale... ¿Dónde están los antibióticos? -
Saco mí otra arma y los señaló a los dos, el negro estaba parado en la autopista.
- T-dog tiene un corte en el brazo, y no tenemos más antibióticos - dice el viejo, Dale.
- A mí qué... -
En eso, T-dog se desmaya.
Maldita sea...
Dale corre hacia las escaleras y baja rápidamente.
De vuelta.
- Kaib ¿estás ahí? - alzó la voz llegando al camión, pero nadie responde - Kaib... -
- ¡Estoy aquí! - grita a lo lejos, entre los árboles.
- ¿Que haces ahí? - digo viendo como se dirige a la carretera con una ardilla en la mano y una flecha en la otra - Hay suficiente comida no es necesario, Kaib... -
- Me aburría, y no llegabas nunca, pensaba en ir a buscarte -
- Vine a buscar unas cosas, volveré más tarde, te quedas aquí - digo subiendo al camión para sacar mí mochila.
- ¿A dónde irás? -
Otra vez aquí...
Llegué a la caravana nuevamente, no sé ni porque volví.
Dejé mis cosas a un lado, Dale había apoyado a T-dog sobre el transporte.- ¿Que haces aquí? - Dale baja de la caravana con una botella de agua.
- Gracias, la necesitaba - digo sacándole la botella y bebiendo todo el contenido.
- Pero... Era para T-dog - dice incrédulo.
Reviso a T-dog, pero en eso escucho algo detrás mío.
Giro intentando sacar mí arma...
- Pon las manos donde las vea - dice un hombre apuntándome con una ballesta - ¿Quien eres? Y ¿Qué quieres? -
- Solo vine a curar a tu amigo, tranquilo - digo poniendo las manos en alto.
- Daryl, T-dog se cortó el brazo, se hizo una herida profunda y ha perdido sangre, dejala que aún que sea lo ayude - súplica Dale.
El hombre de la ballesta señala a T-dog, dándome a entender que siga con mí trabajo.
30 minutos.
Pasó ya media hora y finalmente estaba terminando; por último, volví a limpiar la herida de T-dog.
- Perdió bastante sangre, pero estará bien - me levanto y guardo mis cosas.
Estaba preparándome para escabullirme del hombre de la ballesta, pero de repente vienen más personas corriendo hacia la caravana.
- Carl... han buscado a Lori, Carl recibió un disparo, están en una granja, siguiendo por la carretera - grita un joven, seguido de otras personas.
- Y ella ¿quién es? - pregunta el chico al llegar a nosotros - Soy Glenn, tu eres... -
- Maine, me llamo Maine, un gusto Glenn - digo estrechando su mano.
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𝘚𝘰𝘯𝘥𝘦𝘳 - Daryl Dixon
AcakDarse cuenta que todos tienen sus trayectorias, problemas y metas, al igual que tú; resumido en una palabra, 𝘚𝘰𝘯𝘥𝘦𝘳.