cap 2

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Estoy finalmente en casa, envuelta en la familiar atmósfera que solo mi apartamento puede brindarme. Tex, mi cariñoso pastor alemán, es la única compañía en este momento.

-Hola, cariño- susurro suavemente, agachándome para acariciar su cabeza mientras su cola se agita feliz, mostrando toda su alegría.

-Lo sé... tienes hambre- confirmo con un suspiro de resignación, dirigiéndome hacia la cocina. Abro una lata de comida para perros y la mezclo cuidadosamente con las croquetas.

-¡Buen provecho!- añado con una tímida sonrisa mientras Tex comienza a disfrutar su comida con gusto.

Tiro las llaves sobre la mesa.

Estaba tan cansada que decidí omitir mi rutina nocturna habitual y fui directamente a la cama. Me dejo caer en el colchón suave, agotada por el largo día.

Al encender el teléfono, la pantalla me recibe con esa notificación que parece un sueño.

Jennaortega ha comenzado a seguirte.

Un escalofrío de emoción me recorre.

-No puedo creerlo- susurré para mí misma con una pequeña sonrisa, sintiéndome como si hubiera ganado la lotería de la suerte.

Curiosa por saber más sobre ella, accedo a su perfil, sonriendo ante su hermosa sonrisa en primer plano. Sus ojos brillantes y llenos de felicidad transmiten una vitalidad contagiosa.

-Vaya, 40 millones de seguidores- pensé incrédula. Era como entrar en un mundo completamente nuevo, lleno de entusiastas seguidores.

Sonrío al ver los numerosos comentarios llenos de amor y apoyo para Jenna, observando atentamente la última foto que había publicado: estaba dentro de un auto, con auriculares puestos. Un suspiro involuntario escapa de mis labios; sus ojos castaños parecen mirarme como si quisieran leer mi alma. Sus labios ligeramente entreabiertos, su flequillo caído perfectamente... su postura tan natural junto a la ventana contaba una historia de libertad y despreocupación.

Le devuelvo el seguimiento.

Con timidez y ansiedad, abro el chat y miro la foto de perfil de Jenna Ortega.
-Puedes hacerlo... solo di hola- murmuro para mí misma, tratando de infundirme un poco de coraje.

"Hola, espero que hayas disfrutado del lugar" logro escribir, con los dedos temblando ligeramente. Envío el mensaje, sintiendo los latidos acelerados de mi corazón. Salgo del chat, dejando que la adrenalina corra por mis venas.

Espero ansiosa, con el corazón en la boca, esperando una respuesta.

Los minutos parecen interminables mientras el chat permanece en espera. Luego, repentinamente, el teléfono emite un sonido, indicando un nuevo mensaje entrante. La pantalla iluminada muestra el nombre de Jenna Ortega y un mensaje corto pero amable: " ¡Hola! Sí, me gustó mucho el lugar, la atmósfera era realmente acogedora. ¡Gracias!"

Una sonrisa espontánea se dibuja en mi rostro. "¿Hay algo que te apasione especialmente?" escribo, deseando hacer la conversación más profunda e interesante.

La respuesta de Jenna llega rápidamente: "Mmmh... ¿por qué esta pregunta tan aleatoria?"

Me muerdo el labio inferior nerviosamente. "No lo sé, me encantaría saber algo sobre ti que Internet no pueda decirme" escribo con honestidad.

Sonrío involuntariamente al ver que Jenna pone un corazón en mi mensaje. "En ese caso... me encanta el arte y la cultura, así que me encanta visitar museos y galerías de arte. Y también la naturaleza, dar largos paseos por los parques".

A macchiato, please | j.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora