cap 5

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—STOP— grita Tim con satisfacción.

Sonrío involuntariamente al ver a Jenna salir de la bañera después de grabar su escena. Mis ojos escrutan maliciosamente sus curvas resaltadas por la ropa mojada, y mis mejillas se tiñen de rojo por los pensamientos que me llegan.

—Oye...— Sonrío tímidamente a Jenna, quien me mira con una sonrisa en los labios.

Varias gotas descienden lentamente por su mandíbula, terminando en su cuello. Sus ojos me observan, pestañas húmedas.

Trago saliva.

—Hola— dice Jenna, apartando un mechón de cabello mojado de su rostro.

Un miembro del equipo se acerca y le entrega a Jenna un albornoz. Jenna agradece silenciosamente y vuelve a dirigir su atención hacia mí.

—¿Y bien? ¿Qué te pareció?— pregunta, y yo me río por su expresión.

—Realmente magnífica— confieso con una pequeña sonrisa —Si dependiera de mí, habría gritado por el agua fría— me río.

—Sí... la idea me cruzó por la mente— confiesa Jenna, apretando su albornoz alrededor de ella, cerrando los ojos y temblando por el frío.

—Escucha... ¿quieres ir a cambiarte... tal vez tomar algo caliente? Estás tiritando de frío— pregunto preocupada.

Jenna niega con la cabeza mirándome seriamente.

—¿Puedo hacer algo por ti? Tal vez puedo ir a buscar un suéter... no sé...— sugiero y Jenna sonríe genuinamente, negando con la cabeza.

—En realidad, puedes hacer algo— dice con voz temblorosa, acercándose.

Sonrío al ver a Jenna envolver sus brazos alrededor de mi cintura, buscando la mayor calidez posible. Comienzo a jugar suavemente con su cabello mojado, apartando algunos mechones de su rostro.

Jenna alza la barbilla y me mira con una pequeña sonrisa en los labios.

—¿Te estoy mojando?— pregunta tímidamente y niego con la cabeza.

—Tienes el albornoz— respondo obviamente.

—Dios, tengo frío en los pies— murmura Jenna. Puedo sentir que la chica tiembla contra mi cuerpo.

—Quítate los zapatos— digo seriamente —y los calcetines— agrego.

Jenna rompe el abrazo y me mira confundida.

—¿Qué?— dice sonriendo, mirando cómo me agacho para quitarle las botas Dr. Martens mojadas.

—Espera— exclama entre risas, apoyándose en mis hombros para no perder el equilibrio.

—Vamos... quítate la otra— digo sonriendo, quitándome mis Adidas negras. Me quito los calcetines y apoyo los pies descalzos en el suelo, sintiendo algunos escalofríos.

—No estoy acostumbrada a estar descalza— niega con la cabeza Jenna y yo revuelvo los ojos por su comentario.

—Siéntate, ¿vale?— con la mirada señalo la silla.

Jenna, resignada, camina hacia la silla, dando saltitos con un pie y se quita el otro zapato.

—Bien... ahora ponte estos— digo en serio, colocando mis zapatos frente a ella.

—Eres increíble— murmura Jenna sorprendida —¿De verdad?— dice con los ojos brillantes.

Asiento con la cabeza y ella lentamente se pone los zapatos.






A macchiato, please | j.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora