cap 1

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" I'll make a cup of coffee for your head
It'll get you up and going out of bed "
                                             
                                                 ~Powfu

Inmersa en la tranquila rutina de una tarde en la pequeña cafetería de Turín, me dedicaba a limpiar las tazas y los vasos.

La atmósfera aquí siempre estaba envuelta en una aura de calma, muy diferente al caos de la vida cotidiana. El local, decorado con sencillez y encanto, irradiaba un ambiente acogedor. Las mesas de madera estaban dispuestas ordenadamente, con cómodas sillas rodeando la zona central. Las paredes estaban adornadas con cuadros de artistas locales, creando una atmósfera vibrante y artística.

—Hola, t/n— me volteé al sonido de la voz y noté a la señora Rossi, mi jefa, emergiendo de la cocina con una expresión amable pero preocupada.

Con una sonrisa cordial, me acerqué.
—¿Está todo bien, señora Rossi?–

—Sí, todo bien, ¿puedes llamarme María, sabes, verdad?– respondió con un ligero suspiro. —Tengo que ir a una cita médica improvisada. ¿Podrás cerrar la cafetería esta noche?–

—Por supuesto, no hay problema— aseguré, tratando de tranquilizarla.
—Me encargaré de todo. Buena cita médica—

La señora Rossi me sonrió.

—Gracias, t/n. Si necesitas algo, llámame. ¡Adiós!—dijo, poniéndose la chaqueta y saliendo del local.

Con un gesto de despedida, la señora Rossi se fue, dejándome sola en el pequeño pero acogedor local.

La dulce melodía de "Leave Me Lonely" de Ariana Grande llenaba el aire de la cafetería a través de los altavoces de la radio. —Dangerous love, you're no good for me, darling— canté con una sonrisa, sintiéndome envuelta por la música mientras agarraba las cápsulas de café para la máquina.

Movía ligeramente las caderas, dejando que el ritmo de la canción me invadiera.

El tintineo de la campana en la entrada me hizo levantar la vista. —¡Bienvenida a la Cafetería Rossi! ¿En qué puedo ayudarte?—Murmuré con una expresión cálida.

Mis ojos escudriñaban con curiosidad a la chica que miraba a su alrededor con precaución e interés. Llevaba un gran abrigo negro, gafas de sol, un elegante sombrero y una bufanda que envolvía su cuello.

Parpadeé con confusión, considerando que el clima en Turín no era tan frío como parecía requerir ese tipo de ropa. Tal vez venía de un lugar mucho más frío, pensé, o simplemente le gustaba el estilo un poco misterioso y encubierto.

—¿Hablas inglés?– preguntó la chica con curiosidad, su voz amortiguada por la bufanda.

—Uh, sí— respondí con confusión.

Miré a mi alrededor y noté que aún no me había puesto el delantal de trabajo. Me volví y lo tomé, atándolo a mi cintura.

—Por supuesto. ¿En qué puedo ayudarte?— pregunté distraídamente, aún de espaldas.

—Uhm... un macchiato, por favor— respondió sonriendo. Me di cuenta de que su voz ahora era más clara, probablemente porque se había quitado la bufanda.

Una sonrisa se dibujó en mis labios por la extraña pronunciación de "macchiato", pero por supuesto no iba a juzgar. Me concentré en la máquina de café, comenzando con cuidado a preparar el pedido de la chica. El reconfortante sonido de las cápsulas entrando en la máquina llenó el aire mientras trabajaba.

La chica se acercó al mostrador, apartando ligeramente las gafas de sol y revelando una mirada vivaz y curiosa.
—Me disculpo por mi italiano, no es muy bueno— dijo con una expresión ligeramente avergonzada. Se quitó las gafas de sol, colocándolas sobre su cabeza.

A macchiato, please | j.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora