Es jueves, casi fin de semana. Voy como siempre a por Clara para ir a la facultad. Cuando llego toco a su puerta y oigo voces adentro. Me extraña, ella nunca ha tenido que compartir habitación con nadie. ¿Que habrá pasado?
De pronto abren la puerta y sale una chica de pelo corto rojizo. Va con un vestido negro deportivo y unos Converse. Le miro la cara y tiene rastros de maquillaje y el labial regado por los cachetes.
Clara, Clara.
La chica no me dirige la vista claramente apenada y desaparece por el pasillo. Cuando miro para la habitación está mi amiga ya lista con un moño alto y unas gafas oscuras puestas.
- ¿Entretenida tu noche de miércoles?
Su cara es la representación viva de: me emborraché hasta las trancas y no tengo la menos idea del nombre de esa chica.
Yo me rio a carcajadas. Estoy acostumbrada a estas sorpresas, como ya les decía ella es un alma libre. El único compromiso que tiene es con su estilista.
Ese día transcurrió rápido y como ya había echo los deberes de la semana me quedé la tarde en la biblioteca del campus.
Este lugar era precioso. Una biblioteca en la universidad de arte. ¿Se hacen una idea verdad?
Bueno, fui a buscar unos libros de dirección que me hacían falta y los encontré; en el cuarto piso de un estante. Jejejeje. Obviamente no alcanzaba, tuve que buscar alternativas porque la biblioteca estaba desierta.
Fui a por una silla, pero tampoco llegaba. Joder, maldita genética. En ese momento vi a un chico potencialmente alto acercándose a mi, iba con un abrigo y su capucha, si fuese mi mismísimo hermano no lo conocería.
- ¡Hey! ¡Tú!- le grité.
El chico no me había caso, pero se dirigía en mi dirección. Iba con la cabeza sumergida en un compendio de obras artísticas del tamaño de un periódico.
- ¡Oye, muchacho!- no me miró, pero se dirigía en mi dirección.
Directamente hacia mi, trepada en la silla, me puse a hacerle señas para que me viera pero...NO...ME...VE.
¡Iba a chocar conmigo! ¡Yo estaba en una silla!
Pero antes de que me diera tiempo reaccionar el muchacho ya estaba tropezando conmigo. Mejor dicho con la silla. Le da con la rodilla a tal punto de que la silla se tambaleó. De esta me muero.
- ¡Aaahhh! -grita mientras se agacha y se frota la rodilla.
Yo estaba demasiado concentrada en equilibrar la silla para no caerme. Cuando lo logré empecé a descargar mi enojo en él.
- ¿Se puede saber qué te pasa? ¿Acaso eres sordo? Te grité como dos veces porque venías directamente a matarme con tu metro ochenta de altura y tú ni te inmutaste. Se supone que cuando una persona te habla es por alguna razón en específ...- giré mi rostro hacía él y me tragué mis palabras cuando se deshizo de sus audífonos y de su gorro para dejar ver su rostro en su totalidad.
Sus ojos azules. Era el chico de los dibujos.
Él me mira revisándome de arriba a abajo viendo si me había hecho daño.
- Supongo que ahora soy yo el que te tiene que pedir disculpas por chocar contigo.
Jodeeeeeer.
Corto circuito.
Ya no funciono.
- Eh-eh...mmm...yo.- estaba en shock.
Qué vergüenza.
- ¿Y si mejor te bajas de ahí?
Hago caso y cuando estoy en el suelo recuerdo el motivo por el que subí.
- ¿Po-podrías alcanzarme...?
Genial, ahora no sabía ni lo que estaba buscando.
Era un libro.
Bueno, es obvio, esto es una biblioteca. Menuda estúpida que soy.
Dirección. ¡Sí!
- ¿...ese libro sobre los directores de cine de los años 1970? - termino mi frase.
Él lo mira y simplemente extiende su brazo para alcanzarlo.
- ¿Esto era lo que buscabas en los cielos? - me dice un poco burlón.
Vaya, nos salió comediante.
Me dio el libro y me miró de arriba a abajo. Oye, oye, oye, no me violes visualmente.
- ¿Como recordaste que era yo la que chocó contigo hace unos días? - lo miro.
Es bastante raro. Hay muchas personas en la universidad, no pensé que me fuera a reconocer en su vida.
- Soy muy observador, el color canela de tu piel es difícil de olvidar. - me dice con una sonrisa pícara.
Yo soy un manojo de nervios y quiero que la tierra me trague. ¿Es mi imaginación o me está coqueteando?
- ¿Perdón? -dije, mi cara seguramente es un poema.
Él levantó las cejas y puso cara seria.
- No te ofendas, ese color me encanta. Para los pintores es muy útil, nos ayuda a detallar el otoño. Es de mis favoritos.
No sé si estoy más impresionada con el hecho de que me mira a los ojos constantemente o que me halla dicho que el color de mi piel le gusta. Esto es demasiado extraño.
- Bueno, nos vemos luego.
Veo que sigue en la dirección en que iba y antes que se ponga sus audífonos consigo decirle:
- ¿Cuál es tu nombre?
Se voltea con una sonrisa.
- Soy Dylan.- Se detiene un momento y agita su mano en forma de despedida- Nos vemos pronto, Gio.
¿Sabe mi nombre? Esto me da miedo.
Vuelve su vista al frente y sigue su camino.
Dylan, Dylan. ¿Porqué sabes mi nombre?
No soy de las personas que se rompen la cabeza con las cosas. En algún momento lo descubriré.
Luego de eso regreso a casa. La noche fue demasiado larga. Me la pasé pensando en el chico de los dibujos. No me concentraba por más que quería. Intenté leer, escribir, ver una película. Todo fue en vano.
Esto es tonto de mi parte. Antes me han gustado varios chicos pero ninguno me había quitado el sueño. Literalmente, eran las 2:00am.
¿Giorgia no eras de las que no se comían la cabeza con las cosas?
Tú cállate, eres quien me tiene en esta situación.
No soy yo la que piensa en ojos azules.
Claro que lo haces ,estúpida, eres mi conciencia y eres parte de mi.
Si fuera por mí ya tendría su número telefónico.
Eso sí lo necesito, necesito hablar más con él. Interactuar, conocerlo. No estaré con la mente en paz hasta que no lo haga.
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Uyyy como empezó nuestro chico de los dibujos. Jejeje¿De dónde creen que conoce Dylan a Gio?
¿Primera impresión de Dylan?
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Somos arte [AMARTE] ©
RomansaGiorgia es una chica de pura luz, estudiante de cinematografía. Se reencuentra con un chico de su pasado el cual no recuerda y se vuelve interesante para ella. ¿Qué pasará con ellos? Anímate a averiguarlo :)