Más allá de la muerte... shinobu x Tomioka

2. La mansión mariposa

Pasaron unos días y llegó la hora de mi próxima misión. Durante ese tiempo no pude dejar de pensar en cómo Shinobu se acercó para hablar conmigo.

Ese día yo estaba en mi misión, aparentemente normal. Había hecho muchas misiones así, pero nunca imaginé lo que pasaría ese día.

Estaba yo solo, en un callejón, esperando al demonio al que me habían mandado decapitar. Esperé y esperé. Pero ningún demonio apareció. Estaba por irme, cuando, en un momento en el que bajé la guardia, recibí un ataque por la espalda. Era un demonio. El demonio al que debía matar. En ese momento me di por muerto, pero unas horas después desperté en un lugar desconocido. Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Shinobu.

Yo: donde... Donde estoy... ¿Shinobu?

Shinobu: ¿Tomioka verdad? Te hirieron en una misión. Tranquilo, no ha sido un ataque muy fuerte y pronto te recuperarás.

De repente, entró una niña con el uniforme de slayer. Llevaba una coleta con una goma en forma de mariposa, igual a la que llevaba Shinobu. Tenía el pelo negro y los ojos morados, y era muy blanca de piel.

Shinobu: esta es Kanao, mi hermana. No de sangre, pero como si lo fuera.

Yo: hola Kanao.

Kanao se quedó callada mirándome.

Shinobu: no es muy habladora. A, es verdad, esta es la mansión mariposa. Aquí vienen los slayers cuando están heridos para recuperarse. Deja que te presente a las demás niñas.

Y cuando dijo eso, como si la hubieran escuchado, entraron cuatro niñas más. Tres pequeñas y una que parecía más mayor. Llevaban los mismos accesorios de mariposa en el pelo

Aoi: hola, yo soy Aoi, y estas son Sumi, Kiyo y Naho.

Sumi, Kiyo y Naho a la vez: ¡hola!

Aoi: nosotras te cuidaremos durante tu estancia aquí. Cuando te recuperes de tus heridas, podrás volver a hacer tus misiones.

Shinobu: bueno, adiós chicos. Mi cuervo Kasugai me ha mandado por fin mi primera misión de pilar. Tomioka, si necesitas algo díselo a ellas.

Shinobu salió por la puerta, y poco después lo hicieron las demás niñas. Me quedé solo.

Unas semanas después, al fin me recupere y me tocó irme de la mansión. Antes de irme, las niñas vinieron y me despidieron.

Kiyo: te echaremos de menos Tomioka, ¡vuelve pronto!

Naho: ¡Suerte en tus misiones!

Desgraciadamente, Shinobu no estaba allí. La verdad me quería despedir de ella, ya que sentía que no la volvería a ver. Y no lo hice hasta dentro de dos años.