4. La confesión

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No pude dejar de pensar en lo que pasó ese día. Sobre todo en lo que Shinobu me dijo cuando me fui. ¿A qué se podría referir?

Estaba caminando por un sendero, cuando me di cuenta de que me había quedado el clip de Shinobu por accidente. Me daba vergüenza ir a devolvérselo, pero era lo correcto.

Fui a la mansión mariposa, y como el anterior día, me recibió Aoi.

Aoi: ¿Ya estás aquí de nuevo? ¿Que te trae por aquí?

Yo: bueno... Le quería devolver esto a Shinobu.

Aoi: si quieres se lo puedo dar yo.

Estuve pensando que decirle, ya que quería ver de nuevo a Shinobu. Hasta que al final decidí:

Yo: es que prefiero entregárselo en persona.

Aoi: de acuerdo, pasa.

Entré, y como siempre allí estaban todas las niñas. Me indicaron que Shinobu estaba en su habitación, y me dirigí hacia ella. Tenía muchas ganas de verla de nuevo.

Entré, y vi a Shinobu de espaldas haciendo algo extraño. De repente, se giró hacia mí y escondió el extraño objeto que sujetaba.

Shinobu: ho hola Tomioka, ¿Que haces aquí?

Parecía que me quisiera ocultar algo. Decidí no darle importancia ya que eran cosas suyas.

Tomioka: he venido para devolverte este clip, me lo llevé sin darme cuenta.

Shinobu: gracias, pero no hacía falta.

Me dijo eso mirando hacia abajo y sentía que tenía los ojos llorosos. Me pregunto que le estaría pasando. Quizá aún estaba triste por la muerte de su hermana, pero lo dudo porque fue hace dos años.

Shinobu: oye... yo... quería... decirte algo...

Tomioka: ¿Que ocurre?

Shinobu: yo...

Shinobu se sonrojó, y parecía que se estuviera cuestionando si me lo iba a decir o no.

Shinobu: yo... Te quiero.

COMO. Inmediatamente me sonrojé y por poco no me desmayé. Nunca nadie me había dicho esas palabras. Pero no entendía porque me lo había dicho de esa manera. Como si necesitara decírmelo. ¿Que le iba a decir? ¿Que yo también la quería? ¿Que no?

Al final, después de debatirlo mucho en mi mente, decidí armarme de valor y decírselo.

Yo: pues... yo...

No podía dejar de tartamudear, y sentí que Shinobu ya se preparaba para ser rechazada. Tenía que hacerlo, o si no la perdería para siempre

Yo: yo también te... quiero.

Shinobu: ¿lo puedes repetir? No lo he escuchado.

¿Repetirlo? No se si podría.

Yo: también... te quiero.

Esta vez Shinobu me escuchó claramente, y se sonrojó al igual que yo, en ese momento sentía que iba a explotar.

Shinobu: pues... bueno...

Hubo un silencio incómodo. Sentía que Shinobu se acercaba más a mí. Y lo hizo. Demasiado. Me besó. Como si me quisiera devolver el beso que le di aquel día. En ese punto creía que me desmayaría, pero pude aguantar. Poco después me fui de la mansión, pensando en todo lo que había pasado.

Más allá de la muerte... shinobu x TomiokaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora