XVIII

15 2 0
                                    

1, 2, 3... 11, 12, 13.

13 cañonazos y de nuevo a un silencio total. Me despego lentamente de Tiffani y vuelvo a ver hacia la arena. Los profesionales están revisando sus cosas en el centro de la cornucopia, mientras que aerodeslizadores aparecen llevándose los cuerpos de lo caídos. Abrazo nuevamente a Tiffani escondiendo su rostro en mi pecho cuando suben al chico del XIV que aun lleva la lanza atravesándolo como brocheta. Una vez me aseguro que dejaron de subir cuerpos me acerco nuevamente al borde y veo que los cuerpos de los dos que salieron antes y por ende murieron por los explosivos no fueron tocados. Espero que aparezca algún otro aerodeslizador, pero el suelo empieza a brillar y veo como una mano desaparece en el suelo, ahora ya no quedan muertos, solo su sangre.

-¿Ya se fueron? -pregunta Tiffani.

-Sí, ya no hay cuerpos ahí abajo -respondo mirando a los profesionales y oigo a Sofía quejarse de que deben descansar; al final le hacen caso y oigo como deciden salir a "cazar" de noche.

-¿Qué fue toda esa charla? -pregunta Tiffani que de a poco ha dejado de temblar y se ha puesto de pie junto a mí.

-Los profesionales decidieron descansar hasta el anochecer -le respondo tomándole la mano- Deberíamos adentrarnos más en este túnel, tal vez lleguemos a algún lugar donde podamos descansar mejor, aquí seguimos muy expuestos.

Ella asiente, nos soltamos de las manos y le doy un arco y un carcaj mientras me quedo yo con el otro, y nos ponemos a caminar rumbo a quien sabe dónde.

Ya llevamos cerca de 3 horas caminando y no hemos visto a nada ni nadie. Ningún otro tributo, ya sea profesional o no, ningún animal más que insectos, y lo que más me preocupa, no hemos visto una fuente de agua segura pese a que toda la cueva está sumamente húmeda.

-No ha sonado ningún cañón de nuevo -dice Tiffani en su tono normal.

-Significa que no ha muerto nadie más -agrego yo con un tono serio que me sorprende a mí mismo- De todos modos, 13 personas creo que está bien por el día. No creo que nos vayan a molestar hasta mañana.

Tiffani asiente de acuerdo, pero aun así ninguno de los dos quiere quedarse aquí; por alguna razón la caverna no me da buena espina, aunque aún no hemos visto otra salida hacia ningún lugar.

Cerca de dos horas más caminando, ambos vislumbramos una luz que proviene en el pasillo directo por el que estamos y que al parecer va en subida. Corremos con los arcos tensados hacia la salida y cuando llego, tras adaptarme a la luz estoy emocionado y feliz. Salimos al bosque.

Como la salida es bastante pequeña, salimos de a uno y el primero soy yo, ya que así me aseguro que no este otro tributo o alguna amenaza más cerca. Salgo y doy un pequeño paseo en círculos donde aprecio un montón de árboles gruesos y de gran tamaño, pájaros y conejos por todas partes, aunque en el perímetro de 20 metros de mi paseo sigo sin ver rastro de agua. Tras lo que deben haber sido unos 5 minutos de minuciosa inspección, decido ir por Tiffani y decirle que es seguro, pero al llegar ella ya está fuera.

-¿Creí que me esperarías mientras veía que era seguro? -le alego en voz alta.

-Lo siento -responde ella bajando la cabeza- solo saque la cabeza por un minuto del agujero, y de inmediato todo mi cuerpo me pedía luz solar. Lo siento.

-Como sea... -respondo mientras me saco la chaqueta y la polera quedando a torso desnudo, aún recuerdo mi enfoque sexy y espero no haber perdido tantos patrocinadores como creo que perdí- ... Ahora deberíamos buscar agua.

Nos ponemos a recorrer el bosque y veo que la vegetación y los animales aumentan en número mientras avanzamos, lo que es un claro indicio de que hay agua cerca. Seguimos caminando por una media hora más hasta que nos detenemos al escuchar el caudal de un rio, y de inmediato corremos en su dirección siempre cuidándonos las espaldas entre nosotros.

Los Juegos Del Hambre I: Luis (Fanfic).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora