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Desde aquel día del desayuno

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Desde aquel día del desayuno. Bin no había pisado la casa de Dong Min y tampoco al contrario solo aprovechaban a verse en el instituto y en la hora de salida.

Hoy el curso de Bin habla organizado una fiesta como bienvenida después de las pocas vacaciones que tuvieron. Dong Min también fue invitado y aunque no lo haya sido, Bin igual lo llevaría con él Pero no contaba con que Chung Ah no lo dejara salir justamente hoy.

Es extraño porque siempre solían salir a fiestas, regresar juntos y dormir en casa de uno. Pero esta vez sería distinto, Bin no quería asistir si su novio no asistía. Pero el castaño insistió en que debía salir y distraerse de todos los problemas que ha pasado a lo largo de la semana. Así es como se estaba arreglando frente a su espejo.

No quería lucirse demasiado ya que su persona favorita en el mundo no lo apreciaría debido a su ausencia, pero aún así pasaría por su casa saludándolo y despediendose.

Á menos eso tenía planeado hasta que sus amigos llegaron a recogerlo a su casa. Insistió tanto en qué lo llevaran a lo de su novio que casi se pone a llorar cuando vio que se estaban alejando. Pero su mejor amigo y su hermano se lo concedieron.

Y ahí estaba, sacudiendo su atuendo para verse bien frente a su novio.

Tocó el timbre y rogaba que Chung Ah se hubiese caído de cabeza a la taza del baño para que no apareciera ahí en ese momento. Salió su castaño en pijama.

—Hola bebé— se acercó hasta él y lo tomó de la cintura, acercándose a su boca creando a sí un beso lento y sin apuro alguno, Dong Min subió sus manos para posarlas en el pecho cubierto de su pareja, disfrutando tanto de la cercanía hasta que el claxom del auto detrás del azabache hizo aparición. San asomando su cabeza por la ventana del copiloto.

—Hey, después se siguen tragando, ¡Bin, vamos!- lo dijo en tono burlón, no quería sinceramente llegar temprano pero los demás chicos del auto le obligaron a decir eso.

—¡Te me lo llevas toda la noche, dejame disfrutar al menos esto!- gritó Dong Min desde el umbrale de su puerta riendo junto al azabache.

Después de un rato más de su sesión de besos, Bin se fue.

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legre de haber visto a su novio, el azabache llegó a la residencia donde se llevaría acabo la fiesta, supo, gracias a su hermano, que todo tipo de gente, sin importar la edad podía entrar a la fiesta.

Había alcohol, gente comiéndose dentro y fuera de la casa, drogas [que lo suponía por el humo saliendo de las bocas de los invitados) y de más. Típica fiesta.

Tomaron, se divirtieron e incluso Bin recordó los tiempos en donde fumaba sus cigarros, San le ofreció uno y él lo aceptó. Al fin y al cabo era uno solo.

Estaba de más decir que se tomó hasta el agua de los floreros.

Supuso que ya era demasiado tarde cuando al abrir los ojos se encontrase en una gran cama solo, la vista se le nublaba y casi no podía ver pero pudo reconocer al grupo de sus amigos que se acomodaban uno encima del otro en dos literas, eran como nueve por todo el grupo y solamente él estaba en una gran cama.

Volvió a caer en el mundo de los sueños, sonriendo por la gran noche que pasó.

Al rato de casi media hora, sintió como alguien se le sentaba a los lados, no le dio demasiada importancia debido a que posiblemente sería uno de sus amigos buscando mejor comodidad.

Pero después esa persona se le sentó en el regazo y empezó a frotarse contra él. Sonrió en grande al pensar que su novio había ido por él. No abrió los ojos y sólo dijo:

—Ay bebé, te amo tanto— lo tomó por las caderas y frunció el ceño. —¿Y tu cintura? Bebé... ¿Has subido de peso?

 ¿Has subido de peso?

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obssesivo |✾| Binwoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora