W̶o̶o̶ ̶D̶o̶h̶w̶a̶n̶ | 'Everybody's falling in love and I'm falling behind'
¿Aunque ya se haya rendido ante el amor, será posible enamorarse una vez más?
Hana se encuentra atrapada en una incómoda relación con una persona desconocida, Dohwan, quien...
—Claro que deberías decírmelo. — Hana estaba desesperada, quería conocer las intenciones detrás de Dohwan.
—No estoy seguro de si debería hacerlo, ¿sabes? Si yo te digo mi secreto, podría morir antes de poder contártelo.
¿No estaba siendo muy exagerado? Es decir, ¿qué tipo de secreto podría hacer que muriera? Podría ser de los nervios, sí, pero, ¿morir? ¿Literalmente?
—Ay, por favor, es imposible que mueras por algo como eso. — A pesar de que solo lo había tomado como una broma, la expresión del pelirrojo decía algo completamente diferente. — ¿O sí?
—Es que no creo que me creas, Hana. — Es prácticamente imposible que lo haga; después de todo, creerás que es una mentira.
—¡No es así! ¡Yo te creeré, lo prometo! — ¿Por qué no le creería? Después de todo, confiaba en las palabras de Dohwan.
—Te lo diré, pero tienes que creerme, ¿está bien? No vas a pensar que estoy loco o algo por el estilo. — El pelinegro se acomodó de tal forma que Hana lo mirara a los ojos — Sé que puedes ver que estoy diciendo la verdad cuando veas mis ojos, así que espero que me creas. — Tomó una gran bocanada de aire y finalmente dijo: — Soy un cupido.
¿Qué? No había pasado nada. Siempre habían aterrorizado a él y a sus otros compañeros con que les caería un rayo encima si se atrevían a contar su más profundo secreto.
—¿Es en serio? — preguntó confusa — ¿No es una broma?
—¿Ves? Te dije que no me creerías, no sé por qué hice el esfuerzo.
—¡No! Yo te creo, es solo que pareces alguien bastante normal. — la chica de cabello color miel empezó a inspeccionar el cuerpo del pelirrojo en busca de algo anormal.
—¿Qué buscas? ¿Mis alas? — preguntó con sarcasmo — ¿Quieres que te compruebe que soy un cupido de verdad?
—Puede ser... es decir, no veo que tengas ni alas ni tu flecha o arco por ahí, ¿no es eso lo que se supone que deberías llevar? — ¿No estaba siendo demasiado infantil? ¿De verdad? ¿Quién iba a creer que un cupido lucía de esa manera?
—Hana, ¿sabes por qué soy tan atractivo?
—¿Estás tratando de sacar tu egocentrismo a flote? — preguntó con una sonrisa burlona en su rostro.
—No. Soy diferente a los demás chicos, lo juro. Mi piel es más suave y brillante, no tiene ninguna imperfección. — Tomó la mano de la contraria para pasarla por su rostro — ¿Ves?
—Uh, ¿okay? — A decir verdad, creía que eso era algo normal; muchas personas tenían mejor piel que otras personas como ella.
—¿Quieres más pruebas? ¿De verdad?
—No, yo dije que te creo, Dohwan, solo estoy tratando de encontrarle un sentido lógico... — De verdad quería creer en las palabras del pelinegro, pero parecía ser algo difícil para ella.
—Okay, entonces espera aquí. — Se levantó, dejando desconcertada a Hana, quien le vio agarrar un cuchillo de la cocina para volver donde ella se encontraba — Mira esto. — Iba a doler, pero era la manera más eficaz para probar su punto. Con dificultad, hizo un corte profundo en su mano izquierda.
—¡Dohwan! ¡¿Qué pasa contigo!? ¡Estás loco! — Corrió al baño en busca de un botiquín, el cual no encontró, así que tomó la mayor cantidad de papel higiénico que pudo, y se volvió con el pelinegro — ¿Estás bien? ¿Por qué hiciste eso...?
—Estoy bien... no te preocupes, solo observa. — Con su otra mano tocó la de Hana, buscando su atención y además que se tranquilizara. Con el tiempo, la herida que Dohwan se había autoinfligido se curó en menos de nada. Su mano estaba como nueva, como si... no hubiera pasado nada.
—Mierda...
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