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ㅡ ¿Entonces te vas?

ㅡ Esos son mis planes.

ㅡ Y no piensas volver, verdad?

ㅡ No lo creo, es decir, solo hacía esto por necesidad de atención pero no es justo creer que estoy mejorando y seguir trabajando aquí.

ㅡ Eso me alegra bebé, estoy orgullosa de ti y es mejor que no vuelvas a poner un solo pie aquí.

ㅡ Lo sé, créeme que no volveré.

ㅡ Eso espero y.. que hay de ese chico lindo que venía a verte seguido?

ㅡ Oh sí.. ese tonto, no lo sé, hoy va a casarse así que también hago esto para nunca volver a verlo.ㅡ Confesó terminando de guardar sus cosas en una caja, su mirada se volvió más triste mientras recordaba lo que había pasado hace solo unas cuantas horas, quizás Lisa lo notó porque lo siguiente que supo era que estaba siendo abrazado y consolado por esta. ㅡ Estoy bien.ㅡ Suspiró correspondiendo aquel cálido abrazo mientras se embriagaba en la dulzura del perfume de la mayor.

ㅡ No finjas, sé lo mucho que te hacía reír y tú nunca ríes, siempre eres malhumorado y gruñón.

ㅡ Eso no es verdad.

ㅡ Si claro Lee Heeseung, como si no te conociera hace tres años ya.

ㅡ Cállate anciana.

ㅡ Solo soy dos años mayor que tú, mocoso.ㅡ Se quejó negando con sus ojos entrecerrados y una cara de ofensa que hizo reír al menor.

ㅡ Bien, supongo que ya es hora de que me vaya.

ㅡ Voy a extrañar ver tu flácido trasero aquí.

ㅡ ¿Flácido? A tu padre le encantó.ㅡ Dijo con sorna en su tono solo para ver a su amiga quedarse sin palabras.

ㅡ Idiota, dime por favor que hablarás con el chico lindo, y me lo contarás.

ㅡ Dios Lisa, no, estoy deseando jamás volver a verlo y tú quieres que le hable.

ㅡ Hazlo..ㅡ Rogó alargando aquella petición como toda una niña berrinchuda. ㅡ¿Que puede salir mal? Podrías simplemente hablar con el hasta que se te quite de la cabeza.

ㅡ No lo sé.. me llevaría todo el día encontrar el papel que me dio de su número.

ㅡ Por favor Heeseung, qué harás? sentarte a esperar que todos los tipos que te atraen se alejen.

ㅡ Es diferente lili, él va a casarse hoy, o mañana no lo sé y no quiero arruinar eso.

ㅡ Pero él te quiere, lo sabes.

ㅡ Lo sé, pero no puedo hacerle eso a su prometido, ese tonto en verdad lo quiere.

ㅡ Pero Sunghoon no, a ver dime, si hubiera alguna forma en la que hubieras podido permanecer junto a tu ex novio.. ese idiota, a pesar de que él no te amara, hubieras sido feliz?

ㅡ No gracias, ya tengo una psicóloga a la que pagarle, me voy.ㅡ Suspiró cargando con aquella caja llena de sus tres años en ese asqueroso lugar.

ㅡ Haz lo que te dije o te cortaré las bolas Hee!ㅡ Amenazó alzando su mano para saludarlo en cuanto abrió la puerta.

ㅡ Estúpida.ㅡ Chistó tirandole un lindo beso a su amiga quien fingió asquearse por ello. Sin dudas la iba extrañar a aquella chica linda, parlanchina, de grandes ojos y de hermosas y largas piernas, aunque claro, las suyas eran mejores, al menos eso le decía para molestarla.

Bajó cargando con aquella caja de un peso que sabía que haría doler su espalda después, sabía que tiraría la mayoría de las cosas de allí pero la vía pública no era el lugar más indicado.

Para su suerte el taxi que lo había llevado hasta allí lo estaba esperando al otro lado de la calle y solo le quedaba volver a casa sin que la maldita caja se le cayera.

Heeseung amaba su departamento en el último piso por su hermosa vista a la ciudad, sin embargo nunca se imaginó cargando con una caja de dildos y otras cosas de las que prefería no hablar. La incomodidad que sentía no se comparaba a nada, necesitaba llegar con urgencia a su hogar y ahora mismo se odiaba por elegir el departamento más lejano posible.

Luego de quince interminables minutos al fin bajó del taxi, entró al edificio y agradeció ser el único en abordar al ascensor, pero como si el destino quisiera jugarle una mala broma; un chico corrió hasta alcanzar las puertas que estaban a punto de cerrarse y las detuvo para entrar y sonreír victorioso al poder llegar a tiempo. Heeseung abrazo con fuerza la caja contra su pecho y rogó al cielo que aquel desconocido no le dirigiera ni una sola mirada, la ansiedad comenzaba a instalarse en su mente y empezó a pensar en todas las posibles catástrofes que ocurrirían si la caja llegará a caerse. Comenzó a sudar frió y creía que entre tanto silencio el chico podría escuchar los acelerados latidos de su corazón, su respiración comenzaba a fallar y si seguía así en cualquier momento terminaría por tener un ataque de pánico.

El elevador se detuvo y en cuanto las puertas volvieron a abrirse el desconocido salió despidiéndose de él y entonces al fin pudo respirar con tranquilidad soltó un largo suspiro, recargó su espalda contra la pared relajándose y sintiéndose un poco tonto por sobrepensar tanto las cosas.

Bajó el piso siguiente, el onceavo y corrió por el pasillo para dejar su "caja de pandora" frente a su puerta en lo que abría esta e ingresaba a su sala, tomó con desesperación otra vez la caja y la dejó sobre la mesa mientras se dirigía a buscar una bolsa para deshacerse de todas esas cosas que no quería.

ㅡ Dios.ㅡ Murmuró con disgusto viendo esos "juguetes" en el interior de la caja, tomó una de las bolsas que había llevado para usarla como guante y empezó a tirar una por una esos juguetes mientras con su otra mano sostenía la bolsa donde iban a parar.

Le dio algo de nostalgia ver aquella ropa que solía usar, pero debía deshacerse de todo sin excepciones, al menos de eso se había convencido antes de ver el final de la caja llena con esos látigos que tampoco pensaba conservar pero vio aquel de color negro que solo había comprado para su despedida de Sunghoon y no pudo evitar sentirse inseguro.

ㅡ De todos modos nunca lo usé, sería un desperdicio tirarlo.ㅡ Se dijo a sí mismo dejando aquella fusta de cuero a un lado para seguir vaciando la caja en la que solo quedaban unos collares con los que tampoco planeaba quedarse. ㅡ Ya.ㅡ Suspiró atando un nudo a la bolsa para ahora doblar la caja y llevarla a los botes reciclables.

No esperaba ver caer un pedazo de papel de la caja, no tenia idea de donde pudo salir y se frustró por tener que agacharse a recogerlo.

Y como si todo estuviera planeado, un nudo se le formó en la garganta al corroborar que contenía nada más ni nada menos que el número de Sunghoon, no supo cómo reaccionar así que tomó su teléfono junto con el papel y se encerró en su habitación a recordar las palabras de su amiga.

¿Que puede salir mal?

Dio varias vueltas en su cama, de un lado al otro y no se decidía sobre qué hacer.

ㅡ Al carajo.ㅡ Masculló agendado el número del papel en su lista de contactos.

El pulso le tembló y garganta le raspaba mientras escribía y borraba uno por uno cada mensaje que se le ocurría pues un "Hola Sunghoon", "Hola soy Heeseung" y simplemente "Hola" no le parecían suficientes para iniciar una conversación.

"Buena suerte en tu boda 😉"

Se sintió patético luego de enviar aquel mensaje, ni siquiera había sido intencional, lo había escrito a modo de broma pero su teléfono resbaló y accidentalmente lo envió, si, era accidental pero se sentía como una señal para que ya le enviará un maldito mensaje.

Bloqueó su teléfono e intentó dormirse como si no esperara la respuesta de Sunghoon con todo su ser, sin embargo eran las ocho de la tarde, quizás el menor ya estuviera disfrutando de su fiesta de compromiso o quizás no podría responderle porque ya estaba "felizmente" casado.

Cualquiera de esas posibilidades le hizo sentirse estúpido y culpable.

Pero no podía negar la emoción de su pecho al imaginar su teléfono sonando. Aunque comenzaba a creer que eso no pasaría.

Cutie || heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora