✧. Capítulo Treinta y siete: Cuestión de tiempo.

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—¡Me alegra que por fin estés en casa! —fue recibido por DongJu en un abrazo, tras su largo viaje, aunque había llegado demasiado tarde, a su hermano no parecía importarle aquello.

—Ya era hora, ¿no? —HoSeok sonrió un poco forzado—, necesito ponerme al día de todo lo que estuvo pasando aquí.

—Oh...—levantó un poco la mirada cuando el abrazo se rompió— por cómo suenas, creo que no estás del todo bien. ¿Ocurrió algo que deba tomar en cuenta?

—Sí. Aunque por ahora no quiero hablar al respecto.

—Entiendo. Estaré esperando.

Se suponía que dejaría todos sus sentimientos allá. Estaba equivocado. El solo hecho de tener el aroma de JiMin, impregnado de manera tan sutil en sus prendas lo hacían recordarlo más de lo necesario. Solo llevaba un par de días en Seúl y sentía que, nada valía la pena. Unos lo llaman tristeza, él no quería llamarlo así. Porque no era bueno manejando la misma, tenía demasiada experiencia en ese terreno. La nostalgia y él jamás se llevaron bien y era algo que todos notaban.

Sobre todo, ahora que tendría una reunión con sus hermanos. 

—Hasta que al fin apareces pequeño bastardo —lo saludó en un efusivo abrazo, su hermano mayor YoungMin—. ¿Por qué te perdiste tanto tiempo, eh?

—No lo llames así —HaJoon golpeó ligeramente al mayor, quién se separó del abrazo y con una mueca entre el disgusto y la diversión le dio paso para que lo abrazara—. Hola HoSeokie, espero que hayas tenido un buen viaje.

—Gracias HaJoon.

—Bueno, bueno, ya nos abrazamos y cumplimos la cuota de ser buenos hermanos —DongJu salió de la cocina con su delantal puesto mientras observaba a sus menores con una sonrisa—. ¡¿Quién quiere comer?!

—¡Yo!

Cuando gritaron todos a unísono las risas estallaron, si su padre estaría también se habría unido, aunque quizás lo mejor era no pensar en ello. Entre los tres menores ayudaron a colocar la mesa después de que DongJu haya servido un banquete para los cuatro. Había comida para el deleite de todos, solo que esta vez el apetito no llegaba, pero tenía que disimular frente a ellos.

La mesa sin duda no era silenciosa a lo que estuvo acostumbrándose estos años. HoSeok podía escuchar a sus hermanos hablar de qué grupo de chicas de K-pop pasaría a la historia (aunque seguían en la onda de Girls Generation) y hablar de política, o hablar de fútbol y modelos lindas, todo en un orden dónde solo pasarlo bien estaba en la carta, además del impresionante menú.

—Oh, también tenía que comentarles algo importante —mencionó HaJoon cuando acabó su segundo plato de comida—. Papá volverá a trabajar con la familia Jun. 

HoSeok frunció el ceño. Algo que imitaron DongJu y YoungMin mientras dejaban sus palillos a un lado. HaJoon creía que había cometido una tontería al decir aquello.

—¿Por qué? Creí que al menos aprendería de su hijo al tener un poco de orgullo en la sangre —manifestó YoungMin con molestia—. ¿Necesita dinero o qué está pasando?

—YoungMin, basta —DongJu solo trataba de calmar el ambiente. HoSeok por su parte, no entendía nada.

—¿Les parece si hablamos ese tema después? —HaJoon sonrió forzadamente, estaba nervioso.

—Sí, además necesito entender la situación —HoSeok miró a sus hermanos con una sonrisa—. Sigamos hablando de modelos lindas.

Eso aligeró un poco el ambiente tenso. Sus dos hermanos mayores eran el contraste del otro, eso cualquiera lo podría notar; al ser el último de ellos, muchas cosas se le pegaron durante la adolescencia y en su formación de carácter. Tierno y asertivo, o demasiado compulsivo cuando decía las cosas sin pensar, algo que se conocía. Cuando la cena terminó, recogió los platos y los llevó a la cocina, sacó unas cuántas cervezas y para él solo una gaseosa; al regresar, notó que pronto empezaría el problema grande.

✧. ¡Papá en renta! • HᴏᴘᴇMɪɴ ❝ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ❞ ¡ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora