✧. Capítulo Treinta y seis: Silencio.

36 10 0
                                    

JiMin no era idiota, pero quería considerarse uno.

Desde la noche que le dijo algo tan personal al Alfa, confió notablemente en él. Le contaba todo lo que podía recordando sus cosas sin tener que molestar a los fantasmas de su pasado. Solo dejó caer uno de sus tantos muros para confiar en alguien que jamás creyó que fuera malo. Jung HoSeok no era una mala persona, no era un mal Alfa y siempre lo trató con respeto.

Además, HoSeok le había dicho que le gustaba verlo sonreír.

Cielos. ¿Por qué le gustaba escuchar esas palabras?

Todos a su alrededor notaban un cambio en él, se sentía más tranquilo, menos preocupado por lo que podría pasar si no se alejaba de los Alfas. Sin duda, tener un poco de ayuda fue buena, HoSeok no le mintió al respecto. SoYeon incluso se acercaba a él para contarle las cosas que ocurrían en su salón ahora que estaba "papá HoSeok".

SoYeon sabía que él no era su papá, pero lo quería como uno. Sabía que se iría en algún momento, solo que no quería que se fuera pronto. Por mucho que intentó decirle que eso no sería posible, tan solo se calló. 

Whee-In tampoco dejó pasar su notable "felicidad" (aunque catalogarlo así no era correcto). Todos le decían lo mismo. Que a su lado parecía revolotear mariposas y lo que le pasaba contagiaba a todos, como si esa alegría que irradiaba mejoraba el día a todos, eso era más que bueno.

Tú dices que no te gusta, pero tus sonrisas dicen otra cosa.

No. Jung HoSeok no le gustaba. El que se sienta cómodo con alguien no quiere decir que le gustara. Tal vez sonreía demasiado, tal vez dejó que en ciertos momentos el Alfa tomara su mano a pesar de que le dijo que no antes. Tal vez su aroma a vino y menta se convirtió en su favorito. Tal vez su linda sonrisa y sus notables coqueteos lo hacían sentir especial. Pero todo eso quedaba en tal vez ya que, no le gustaba para nada.

Pretendía fingir que no notaba esos coqueteos sutiles, porque al final, se iría, no lo volvería a ver, así lo pidió y HoSeok lo cumpliría. Él nunca rompía su palabra. De eso estaba seguro.

Al menos lo estuvo hasta la llegada del viernes.

Por una extraña razón, no quería que el Alfa se vaya ahora que logró conocerlo más allá de un simple trato cordial. Quizás se debía porque se acostumbró a esa rutina y le tomaría tiempo el olvidarse de que conversaba con alguien. Solo era costumbre. Alguien lo escuchaba y le decía pequeños halagos, sí, eso tenía que ser, de eso quería convencerse. 

—¿Me acompañaría a mi habitación, por favor?

No supo por qué preguntó aquello, sus problemas eran de su propio interés. Solo que, esos dolores constantes se hacían presentes en temporada de frío o cuando se acercaba su celo, descartando este último porque ya lo tenía calculado. Tan solo necesitaba algo para que pudiera pasar la noche sin tener que recurrir a las pastillas de agrio sabor y malestares que en verdad eran insoportables.

—¿Te sientes bien JiMin? —negó, frunciendo los labios al sentir un tirón fuerte en esa zona— Está bien, me quedaré a tu lado.

Agradeció en un susurro, así esa última oración le hiciera sentir un pequeño calorcito en su pecho. Logró hacer que se levante y caminó ciertos pasos hacia su habitación siendo sujetado por HoSeok, cuando abrió la puerta y llegó al borde de la cama, no tuvo que pedir que lo ayudara con eso.

El Alfa le quitó las pantuflas y lo arropó bajo las sábanas y cobertores, el interior estaba frío, siendo algo que él notó y no dudó mucho en acompañarlo. Esto definitivamente era otro nivel, sin embargo, se negó a escuchar esa molesta vocecita de conciencia que le decía que no lo dejara acercarse más, porque se iría y quedaría alguien con el sentimiento de vacío en su pecho que se llenó en estos días.

✧. ¡Papá en renta! • HᴏᴘᴇMɪɴ ❝ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ❞ ¡ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora