Llevo horas encerrada en mi cuarto mientras mi cerebro intenta procesar la noticia. Mi madre acaba de decirme que viajara, para ella es una oportunidad de superarse, pues es un viaje laboral que le abrirá nuevas puertas; sin embargo, no puedo dejar de pensar cómo será mi vida sin ella por tanto tiempo. No quiero que me mal interpreten, mi padre es maravilloso, pero me asusta la idea, jamás hemos estado separadas.
A pesar de mis miedos le he dado ánimos, pues se que si me ve mal no se atreverá a dar ese paso, no puedo ser tan egoísta, en especial cuando me ha apoyado en todas mis decisiones en busca de cumplir mi sueño.
***
Tercer día de colegio, y entre la noticia de mi mamá y la situación que me esperaba solo quería desaparecer, mi única esperanza era que ese monstruo no fuese hoy a clases, realmente necesitaba un día de paz.Al llegar veo a Mariela y Sheyla sentadas en la entrada, aun era temprano para entrar a clases.
- Hola chicas – salude con una media sonrisa.
- Hola, justo le estaba diciendo a Mari que traje la agenda para comentarte mi idea – explicó Sheyla emocionada.
Me senté junto a ambas y ella comenzó a explicarme todo. Adentrándonos en un mundo de brujas y hechizos enmarcado en la vida de una adolescente común, pude sentir la inspiración llegar a mi mente y de pronto miles de cosas comenzaron a surgir. Mientras hablaba todo lo que llegaba a mi mente Sheyla escribía como loca en la agenda hasta que me detuvo exhausta.
- Vale, ahora escribes tú, yo no sirvo para esto –
Reí al ver su cara de cansancio y tomé la agenda para guardarla en mi bolso. Sonó la campana y las tres entramos al salón.
Mis plegarias habían sido escuchadas, Abel no había asistido a clases lo cual era un alivio para mi mente y Elvira tampoco estaba, parecía que iba a ser un día tranquilo hasta que la banda de Abel tomo su lugar. Me había sentado junto a Sheyla para seguir hablando de la historia cuando los chicos se acercaron a nosotras.
- ¿Qué te causa tanta risa bicho raro? – pregunto Fabian, un rubio de estatura baja y complexión gruesa muy querido por las chicas del salón, pero para mí seguía siendo un completo idiota, igual que Abel.
- Déjala Fabian, métanse en lo suyo – sentencio Sheyla seriamente.
- No te metas Sheyla, no es tu asunto – señalo Ignacio con los brazos cruzados.
Era el más guapo del grupo, era más bajo que yo, de ojos claros y cabello oscuro, piel pálida y un aire misterioso.
Antes de que Sheyla pudiese contestar, entro el profesor de historia y todos ocupamos nuestros puestos sin decir nada más.
La clase estaba bastante aburrida asi que saqué la agenda y comencé a escribir según lo que Sheyla me había explicado. Pasaron las horas y para cuando llego el recreo ya llevaba escritas unas veinte hojas, nunca pensé que fuese tan liberador para mi escribir, casi tanto como dibujar.
- ¿Escribiste todo eso? – pregunto Sheyla asombrada.
- Si, la clase de historia estaba algo aburrida – dije tomando un sorbo de jugo.
Belinda tomo la agenda y comenzó a leer, luego de unos minutos de silencio exclamó.
- Amiga, acabas de encontrar la compañera ideal, esto está de lujo –
Sonreí ante el comentario de Belinda, ¿quién diría que escribir se me daría tan bien?
- Por lo menos ahora tendremos para leer – exclamó Melisa leyendo lo que había escrito.
***
En el almuerzo las chicas salieron a almorzar y Mariela se quedo conmigo como siempre. Mientras hacíamos la cola de la cafetería para tomar la merienda y sentarnos a almorzar, vemos acercarse a Fabian, Andrés e Ignacio, quien pasan por mi lado y chocan a propósito haciéndome tambalear.
ESTÁS LEYENDO
Reflejos. Tras El Espejo De Agua [PRÓXIMAMENTE]
FantasíaAl adentrarnos en "Reflejos. Tras el espejo de agua" encontraremos una historia que, por desgracia, se ha vuelto un cliché en nuestro presente. Elisabeth Bell debe mudarse de colegio para poder perseguir su sueño de ser una gran artista, pero paga u...