Algunas personas piensan que soy muy afortunada al poseer un don que no se les concede a muchos, tal vez por tener una familia unida o simplemente que soy una persona dulce y buena.
Nadie sabe que todas esas cualidades a las que ellos llaman fortuna traen consigo una gran maldición. Cuando se es muy afortunado estas propenso a que el mundo te caiga encima, no es nada personal, es simplemente la sociedad que nosotros mismos hemos creado, donde sentimientos como la envidia predominan y hacen que las personas como yo se convenzan de que todo lo que poseen no se lo merecen o que simplemente no tienen valor.
Cuando se es bueno y dulce el destino te suele colocar muchos obstáculos que convierten la etapa más linda de tu vida en una total pesadilla.
Sin embargo, y a pesar de todos esos tropiezos y malos tragos, son esas personas las que sacan adelante este mundo, con su perseverancia y capacidad de sanar, perdonar y seguir adelante purifican y mantienen la armonía entre lo bueno y lo malo de la sociedad que le rodea.
Por desgracia se requiere de mucha fuerza interna para mantenerse firme ante todo lo que te golpea y, en la mayoría de las ocasiones, las personas buenas se cansan de ser maltratadas, de sentirse perdedores, es entonces cuando sentimientos como la ira, el odio y la venganza se apoderan de su alma, borrando todo ápice de bondad que pueda habitar en ella y convirtiendo a la persona en alguien igual o peor que sus maltratadores.
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Reflejos. Tras El Espejo De Agua [PRÓXIMAMENTE]
FantasiAl adentrarnos en "Reflejos. Tras el espejo de agua" encontraremos una historia que, por desgracia, se ha vuelto un cliché en nuestro presente. Elisabeth Bell debe mudarse de colegio para poder perseguir su sueño de ser una gran artista, pero paga u...