Wolverine vs Mortal Kombat

Cap 6: Moral dividida. (Wolverine)

Después de la conversación con Cyrax, Raiden y Logan se encontraban en una intensa discusión en el templo del Dios del Trueno. Mientras Raiden mantenía su posición sobre no tomar vidas, Logan argumentaba apasionadamente que la única forma de nivelar el campo de juego en el Mortal Kombat era ser tan despiadados como sus enemigos.

Raiden: (con determinación) Wolverine, entiendo tu perspectiva y tu experiencia, pero no podemos permitirnos descender al mismo nivel que nuestros rivales. Si perdemos nuestra moral y matamos, nos convertiremos en monstruos como ellos.

Logan: (frustrado) ¡La moral no nos salvará en este torneo, Raiden! Estos tipos no juegan limpio. Necesitan saber que no somos un blanco fácil.

Raiden: (sereno) No podemos sacrificar nuestra integridad por la victoria. Debemos encontrar una manera de prevalecer sin manchar nuestras almas.

La tensión en la habitación era palpable mientras los dos héroes continuaban debatiendo. Logan se dio cuenta de que no iba a cambiar la opinión de Raiden y finalmente salió del templo, frustrado y enojado.

Lo que ninguno de ellos sabía era que en las sombras, el hechicero Shang Tsung observaba con interés la discusión entre Raiden y Logan. Había notado la frustración y la ira en el corazón de Logan y planeaba aprovecharla. Shang Tsung sabía que la ira y la venganza podían ser armas poderosas, y tenía la intención de explotar la rabia de Logan para sus propios fines.

Shang Tsung se comunicó con dos de sus guerreros, Sheeva y Baraka, y les ordenó seguir a Logan y llevar a cabo un plan que tenía en mente. Quería que Logan se convirtiera en un instrumento de su venganza contra Raiden y los campeones de la Tierra.

Sheeva y Baraka se deslizaron sigilosamente por los pasillos del templo, siguiendo a Logan a distancia mientras este se alejaba del templo. El plan de Shang Tsung estaba en marcha, y lo que vendría a continuación podría cambiar el rumbo del torneo y poner en peligro a los campeones de la Tierra. 

Logan se encontraba en medio de la torre, rodeado por el silencio que solo se rompía por el viento que soplaba en lo alto de la estructura. La duda aún lo atormentaba, y las palabras de Raiden resonaban en su cabeza. La moral y la integridad eran sus principios, pero también entendía que estaban en un torneo donde las reglas eran muy diferentes.

Antes de que pudiera tomar una decisión definitiva, Logan fue interrumpido por la llegada de dos de los secuaces de Shang Tsung, Sheeva y Baraka. Mientras se preparaba para el enfrentamiento, Logan cuestionó su presencia y les preguntó por qué lo habían seguido hasta la torre. Sheeva respondió que Shang Tsung deseaba verlo y que tenía una oferta que podría interesarle.

Logan, seguro de sí mismo, respondió con firmeza: "No hay nada que ese brujo me pueda ofrecer que yo quiera". Sus garras se desplegaron, y la confrontación comenzó con Sheeva. La Shokan era formidable, con sus cuatro brazos que la convertían en una oponente imponente. Sin embargo, la velocidad y agilidad de Logan le daban la ventaja en la pelea. Después de un rápido y feroz intercambio de golpes, Logan encontró una apertura y atravesó a Sheeva por el estómago, dejándola fuera de combate pero sin matarla.

Baraka se acercó, sus cuchillas listas para la batalla, y se burló de Logan. Dijo que aún no había terminado, pero Logan, en su característico estilo sarcástico, respondió: "¿Tú? Por favor... Ni siquiera puedes vencer a Johnny". El duelo entre los dos guerreros continuó, una danza mortal de cuchillas y garras. A pesar de la ferocidad de Baraka, Logan logró superarlo y lo dejó fuera de combate.

Una vez que la pelea terminó, Logan se limpió las manos y suspiró. Sabía que debía encontrar a Shang Tsung y averiguar qué tenía que ofrecer. Aunque sus principios eran firmes, las palabras de Raiden todavía resonaban en su mente. La moral y la integridad eran esenciales, pero también debía proteger a la Tierra y a sus aliados. Con determinación, se dirigió hacia el interior de la torre, decidido a enfrentar al hechicero y averiguar cuál era su oferta.