El amor puro.

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-¡Perdoname Aether!- grito su hermana al verlo. Nuevamente sus padres lo habían reñido por no haber cumplido algo, claro, es normal pero no tenían por que meter la comparación de él y su hermana.

Aether no odiaba a Lumine, solo quería que sus padres lo quisiera como a ella, pero en esa casa el único que quiere tal y como es, es Lumine.

Abrazo cálidamente a su hermano, el solo podía sentir el cálido tacto de su hermana pero se le quedó mirando fijamente. Su hermana era igual que el, por algo son gemelos. Entendio que sus padres buscaban tener una copia igual de Lumine, pues Lumine era la más lista de la clase llegando a ser estudiante de honor, tiene un novio que tiene un buena economía, era rubia de ojos color miel, delgada sin mucho busto pero eso le daba el toque tierno.

Sus padres solo querían tener una mujercita más y el no lo podía cumplir. Lumine limpio las lágrimas de su hermano.
"Aether te quiero, y no te preocupes por ellos, simplemente son unos idiotas" se retiró.

Lumine camina por los pasillos de su casa mirando las fotos, aquellas que solo se trataban de ella, por un impulso de ira las arranco y las tiro al suelo, El sonido del vidrio roto se escuchó en toda la casa, cosa que no le importó, saco las fotos de los marcos hechos trizas y se dirigió a su cuarto.

En su cuarto se dio cuenta de la poca sangre que salía de sus manos, se había cortado con unos cuantos vidrios sacando esas fotos que tanto odiaba. Las quemó todas, no le interesó si sus padres le dirían algo, simplemente disfrutaba el ver quemar esas fotos, las cenizas de ellas era la satisfacción de Lumine. Pues ellas le hacían sufrir cumpliendo la responsabilidad de ser la mejor cada día.

Ella nunca fue mala, simplemente es incomprendida al igual que Aether. Pero como todos sabemos alguien tiene que pagar los platos rotos...

...

-Hola Lumine ¿Estas mejor - se escuchó del otro lado de la línea, después de unas horas de lo sucedió se dedicó a curar sus heridas de sus dedos, al terminar recibió la llamada de su novio.

-Si , Tartaglia ¿Tu como estas? ¿Esta mejor Teucer?

-Esta...mejorando ¡te extraña y quiere verte!

-¿seguro que el que me extraña no eres tú? - soltó una pequeña risita y solo pudo escuchar quejas del otro lado. No lo podía negar, adoraba a su novio, la ayudo en los momentos más difícil de su vida, con su ayuda aparte de monetaria es ahora la mujer que es.

-ya voy para allá - colgó, se alistó y se fue al hospital a ver a su novio y al hermano menor de su novio.

Al llegar fue recibida por un abrazo de Tartaglia, aveces le resultaba muy lindo la personalidad de su novio, podía escucharlo hablar por horas o ver los que le muestra , le resultaba encantador el hecho que parece un niño.

-¡Mon amour llegaste!- Lumine se dedicó a acariciar sus cabellos rojizos de sus novio, los acomodo y le dio un dulce beso en la frente lo cual fue devolvido con un beso en los labios.

Se pasó la tarde ahí, con su querido pelirrojo y su pequeña colita que se encontraba enferma, sentía que ese era su lugar favorito, al lado de su novio era feliz y no saben la paz que sentía cuando le daba un beso.

Lumine era un enferma y Tartaglia era su medicina, su droga, su dulce que la hacía sentir mejor. No lo tomemos a mal, Tartaglia la adora, es su musa viviente y no sabría que hacer sin ella. Ambos eran dependiendo del otro y eso estaba bien pues ellos sabían que nunca se separan. Como en una boda diría: hasta que la muerte los separe.

...

Holasss, nuevamente aquí, me da intriga el desarrollo de esta nueva historia, claro está que yo sé cómo acaba pero yo también cuánto como lector ¿No? Jajaja, bueno no hay mucho que decir así que, nos vemos.

(Errores después los corrigo)

Nomás.

Ella No Es ElDonde viven las historias. Descúbrelo ahora