El depresorio

Él

Condenado demonio disfrazado de varón.
Falso lucero qué en mil mañanas te ha acompañado.
El bandido del amor,  de tu corazón él ladrón.
El fuego que encendió la llama de un amor apasionado.

¿Porqué tiene que ser él?

Ese falso hombre de mármol.
Esculpido de promesas y mentiras.
La virtud no es virtud si de ceniza se habla.
Y hablamos de ceniza cuando hablamos de él.

Don Juan desgraciado.
¿Cuanto durará un amor egoísta?
¿Por cuantos caminos sus besos no han caminado?
De tu cuento de hadas te volvió antagonista.

¡¿Por qué simplemente no puedo aceptar que es un hombre maravilloso?!

¡¿Por qué me consumen estos celos abrumadores?!

¡¿Por qué no escuchas esta sonata de amor?!

¡¿Tengo que cantar más fuerte para que te alcance en tu trono dorado?!

¡Quiero escuchar tu veredicto,  aunque ya conozca la sentencia!

¡Simplemente quiero olvidarte!

Así como me olvidaste a mi...