Microrrelato #4

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El grito de la señora Martínez del quinto C alertó a todos, y pocos minutos después el consorcio estaba reunido en la escena; "Napoleón", el gato que frecuentaba el edificio, estaba muerto con ojos vidriosos, en un charco de sangre que le escurría por boca y nariz. Alguien lo había envenenado y no había nadie que no pensara en que María, del primero A, la esposa del abogado, había cumplido su amenaza. Aunque lo negara, todos recordaban cómo repetía que no quería ver al gato en su piso ni cómo lo corría a los gritos por los pasillos.

Semanas después, la policía sacó del edificio dos bolsas negras; el doctor Carballo y su mujer habían sido víctimas de un ataque. Nadie vio ni escuchó nada, salvo el encargado que abrió la puerta para los oficiales. Completamente horrorizado contó que ambos tenían el cuerpo arañado. Nunca más se habló del tema.

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