El marinero revisó los mapas con cuidado. Midió las distancias con el compás una y otra vez, viendo todos los posibles destinos donde desembarcar. Salió resuelto a cubierta, catalejo en mano, mirando al profundo horizonte donde amorfas y difusas manchas lo recibían entre el vaho del agua que se evaporaba de cara al sol. Abrió las velas y las aseguró, dejando que el viento salino arrastrara la embarcación mientras se dirigía al timón. Con mano firme viró hacia el nornoroeste, con la luz pegándole de frente y la sonrisa pintada a fuego en el rostro. No tenía ni la menor idea de hacia dónde iba, qué buscaba ni con qué se encontraría, pues le bastaba únicamente con disfrutar la aventura.
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Microrrelatos
De TodoCompendio de ocurrencias que cada tanto me surgen. Temáticas variadas para evitar la repetición. Textos entre 120 y 500 palabras, ideal para leer en viaje. Las partes no siguen un hilo narrativo.
