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Aria caminó por las oscuras calles de Yorkshin, observando las distintas casas con cierto desinterés y aburrimiento. Faltaba poco para la subasta, pero ella ya estaba en la ciudad donde había quedado con sus compañeros con semanas de antelación, pero no fue capaz de cruzarse con ellos antes.
Mientras caminaba logró notar una multitud rodeando un lugar que no podría llegar a ver con claridad. Con curiosidad, se acercó haciéndose lugar entre la gente, notando a Gon sentado haciendo pulsos con una chica de lentes, mientras que a un lado estaba Killua junto con Leorio quien llevaba una caja con una joya que a su parecer se veía algo costosa.
Podía notar a Gon esforzarse para ganar a esa chica, quién se veía despreocupada. Ella terminó perdiendo y el menor estaba sudando por la fuerza ejercida. Cuando ella se fue, decidió acercarse un poco siendo vista por Killua quien le había preguntado a su amigo si efectivamente usó toda su fuerza en la de lentes.
—¡Aria!— Killua inconscientemente levantó la voz al verla, esbozando una sonrisa emocionada y a la vez con cierto afecto que trataba de no hacer notar. Gon al escuchar su nombre, como si fuera un robot, volteó a dónde miraba Killua. El peliverde al ver a la cazadora sus ojos se iluminaron mientras formaba una gran sonrisa. Leorio, en cambio, se sonrojó un poco a la vez que sólo curvaba sus labios, intentando mostrarse interesante y disimuladamente limpiaba el polvo inexistente de su traje.
—Chicos, es un gusto verlos de nuevo— sonrió con sus labios pegados mientras caminaba hacia ellos. Gon, sin contenerse se acercó y la abrazó. Aria abrió su boca en sorpresa pero no lo alejó, más bien, acarició la espalda del chico. Ella era capaz de notar la diferencia en el aura de Killua y Gon al igual que el estado físico de ellos y, gracias a ello, comprendió que conocieron el nen.
—¡Oye Gon! ¿¡Qué haces?!— Killua exaltado al igual que Leorio corrieron hacia Gon y lo separaron del cuerpo de Aria.
—¡Así no se trata a una dama, idiota!— Leorio lo regañó con molestia y cierto toque de celos, pues, le hubiera gustado ser él quien abrazara a la cazadora.
—No se preocupen, no me molesta— La suave voz de Aria intervino, moviendo su mano de un lado a otro con simpleza, restándole importancia. Leorio, notando que la multitud seguía esperando su turno refunfuñando ante la interrupción, decidió indicar que tomarán cinco minutos de descanso para poder hablar con su amiga.— ¿Por qué hay una multitud aquí? ¿Qué hacen?— Preguntó con curiosidad mirando a su alrededor.
—Queremos conseguir dinero para comprar un juego llamado Greed Island— Explicó Killua— Parece que tiene algo que ver con el padre de Gon, y por eso queremos jugarlo— Apuntó a su amigo, quién se rascaba su nuca con una sonrisa algo tímida.
—Oh, ¿Greed Island? Sé de cuál hablan — apoyó su dedo bajo sus labios, recordando —Ging fue unos de los creadores, pero según sé, hay pocas copias de ese juego, ¿No es así?— Killua asintió junto a Gon, felices de saber que Aria sepa del juego.
