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Ser informante del nuevo examen del cazador podría ser cansador, en especial, con Menchi como la encargada de la segunda fase.
Menchi es una chica muy agradable, no obstante, podría llegar a ser muy exigente cuando se trata de su trabajo; cazador gourmet, y aún más cuando subestiman su trabajo, tal como está ocurriendo en este momento.
Aria observa desde la copa del árbol más alto a su compañera cazadora rechazando todos los platillos que le cocinaban. Si bien ella admite que casi ninguno se esfuerza como es debido, habían algunos platillos que valían la pena ser aprobados, al menos, según lo que observa. Al notar que al parecer ninguno será capaz de superar esta fase, toma el objeto que podría informar al Presidente Netero sobre la situación.
—Presidente Netero, estamos teniendo unos problemas con la segunda fase— pronuncia con voz suave y calmada. Tras asegurarse que el mensaje haya sido recibido, baja de un salto del árbol cayendo de pie tan suavemente que ni una mínima particula de polvo se levantara, como si de una pluma se tratara, aterrizando en medio de la zona. Decir que llamó la atención sería poco, pues, todos dejaron sus acciones para observarla.
Para todos fue inevitable no observar a la curiosa chica que pareció caer del cielo, su pálida y suave piel acompañada de su vestimenta blanca como la nieve parecía que se iluminaba bajo la luz del Sol. Se veía tan delicada que pensaron tratarse de una criatura mágica, pero, parecía ser reconocida por la examinadora de la segunda fase, quien la miraba con confusión.
—Damisela— pronunció Menchi con sorpresa, ella aún era incapaz de sentir la presencia de la más baja. La presencia de la joven chica parecía ser un calmante para todos, pues, la atmósfera tensa desapareció por arte de magia.
—Menchi— Saludó con su usual sonrisa — Hemos notado ciertas irregularidades en su fase, así que he llamado al Presidente Netero para que se encargue de esto— Informó volteando a ver a los aspirantes.
— ¡Woah! ¿¡Quién eres?! — La estruendosa voz de un joven llamó la atención de la cazadora, volteando a ver la dirección de esa voz. Un chico de cabello puntiagudo y vestimenta verde la observaba con una sonrisa emocionada y sus ojos brillando en curiosidad.—¿¡Cómo caíste sin hacer ruido?!
—No seas maleducado, idiota— Un chico de cabellos rubios golpeó la cabeza del contrario —Es obvio que es una cazadora— Pronunció con obviedad.
—Soy Aria, cazadora musical, un gusto— Se presentó amablemente haciendo una reverencia.
—¡¿Esta niña siendo una cazadora?! El examen cazador debió de estar muy fácil cuando lo realizaste— Se burló un hombre bajo y regordete— cazadora musical, aún más lamentable que un cazador gourmet— Rió con soberbia. Mas Aria no respondió a tal provocación y volteó a ver nuevamente a Menchi.
—¿Cómo puedes ver si tienes los ojos cerrados? —Se acercó el chico de verde metiéndose entre Aria y Menchi, acaparando la visión de la más baja, pues, el chico era más alto que ella. Un albino se acercó al contrario y lo arrastró apartándolo de delante suyo.