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Eunseok literalmente iba corriendo por todo el campus, tenía miedo de voltear y encontrarse con que Shohei lo estaba siguiendo.
Atravesó la plaza central lo más rápido que pudo para llegar hasta la casa que compartía con Sungchan y dos chicos más del equipo de hockey.

Era un cobarde por huir de esa manera? Si, tal vez si lo era. Pero en ese lugar solo estaban Shohei y él, por lo que nadie podía juzgarlo.

Y es que, ¿que más podía hacer? Shohei apareció como si nada después de revolverle las ideas y ¿pretendía que todo estuviera bien entre ellos? Es más, siquiera ¿cuando estuvieron bien las cosas cuando se trataba de ellos? ¡Nunca!
Lo de ese día nunca debió pasar, no debería ni pensar en eso de nuevo, tal vez le está dando demasiada importancia, pero, eso no es relevante. Shohei no le importa y absolutamente nada de lo que tenga decirle tampoco.

Al menos de eso se trataba de convencer a sí mismo.

Cerró la puerta de la casa con más fuerza de la necesaria, y de no ser porque a esas horas no había nadie, ya fuera recibido un regaño de Yangyang. Subió las escaleras rápidamente y se encerró en su habitación. En modo automático, dejó cada una de sus cosas en el lugar que correspondían, para después dejarse caer de espaldas en la cama, su antebrazo cubriéndole el rostro.

Eunseok era conocido por ser alguien difícil de traspasar anímicamente, nunca se le vio perder los estribos en ninguna situación, ni siquiera mientras estaba en medio de un partido y tuvieran los puntos en contra.
Por eso no entiende porqué el tema con Shohei lo tiene con el estómago revuelto y con dolor de cabeza. Una vez más, se repite a sí mismo que le está dando demasiada importancia a algo tan ridículo.

Soltó un suspiro y observó el techo de su habitación, tal vez ducharse y descansar un poco lo ayudarían a desechar todo eso que no entendía y tampoco quiere hacer el intento de comprender.
Todo plan frustrado cuando una alarma comenzó a escucharse en la habitación, soltó una maldición por lo bajo al ver el recordatorio en el teléfono, lo había olvidado. Hoy sus padres harían vídeo llamada, como lo hacían siempre dos veces a la semana, para saber como estaba y sí la vida universitaria no había acabado con él.
No lo malinterpreten, ama las llamadas con sus papás con todo su corazón, pero, hoy precisamente no confiaba en su habilidad actoral para ocultar el hecho de que algo le pasaba.
Johnny, uno de sus padres, era el más fácil de engañar al ser un despistado de primera, con decir que un día lo olvidó en el parque... Larga historia.

Pero, con Doyoung, su otro papá. El caso era completamente distinto, nunca le ha resultado ocultarle algo. Ni siquiera esa vez que le aseguró no haber visto a "Santa" por accidente, solo para no hacerlo sentir mal de que ya sabía que él y su papá Jhonny eran quienes le dejaban los regalos bajo el árbol.

Se levantó a regañadientes de la cama y, arrastrando los pies, se acercó al pequeño escritorio que tenía en la habitación. Tomó la laptop, a la par que la encendía, y se regresó del mismo modo hacía la cama, esperando unos minutos para ver el logo que indicaba que estaba entrando una videollamada. Suspirando, se puso un poco más cómodo y contestó.

La imagen de un hombre atractivo en sus cuarenta y tantos años, enfocando malamente la vista a pesar de llevar anteojos, fue lo primero que vio y eso lo hizo reír un poco. Johnny Suh era todo un personaje, todos lo creían alguien intimidante y una vez lo conocen, se dan cuenta que es la persona más risueña y divertida del planeta.

¿Necesitas más aumento en tus lentes, papá?

El hombre le dio una mala mirada y le sacó la lengua.

Un "Hola, papá. Te extrañe mucho" hubiera sido mejor, ¿no crees, Eunseok? — el aludido soltó una pequeña carcajada.

— ¿Se te olvida que herede de tu esposo el hacerte bullying?

♬♫♪𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑇𝑜 𝑀𝑒♪♫♬ 𝐸𝑢𝑛𝑠𝑒𝑜𝑘 𝑥 𝑆ℎ𝑜ℎ𝑒𝑖  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora