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Shohei sonrió con nostalgia, Touch fue el primer bar al que Yuta lo había llevado cuando recién había llegado a Corea hace unos años. Y la frecuencia con la que lo visitó junto con todo el equipo para celebrar alguna victoria, siempre era algo bonito de recordar, incluso las peleas tontas con Eunseok formaban parte de eso.

Eunseok... Una sonrisa boba se pintó en su rostro al recordar sus riñas que no tenían razón de ser, más que querer acabar con la paciencia del otro.

Touch era un lugar de ambiente tranquilo y música que se adaptaba perfectamente a cualquier ocasión, las luces tenues y la decoración de primera mano sumaban más puntos, quizás habían cambiado dos o tres cositas de lugar. Pero, era casi imperceptible.
Yuta lo guió a la mesa que siempre ocupaban con los escandalosos chicos del equipo cada visitaban el establecimiento, alguien acercándose minutos después para recibir su pedido, el peli rojo no titubeó al pedir del soju más fuerte que tuvieran y oh no, eso solo significaba algo.

Yuta quería hacerlo hablar, considerando que omitió ciertos detalles en su historia, debió haber sabido que no se quedaría tranquilo hasta que no estuviera al tanto de todo. Su mejor amigo más que suspicaz y observador, parecía brujo. Nunca trates de mentirle o ocultarle algo, él siempre lo sabrá.

Y digámoslo así, a Shohei le tocó aprender a la mala a nunca decirle la verdad a medias.

Te recuerdo que debes conducir de vuelta al campus, idiota. — le señaló y el otro solo le sacó la lengua y le llamó aburrido. — hablo en serio, hyung. Yo aún no renuevo mi licencia y si nos matamos en el camino, será todito culpa tuya.

Ay, cállate. Me estresas. — Nakamoto lo miro con fastidio, sacudiendo su mano con desdén. — Además, tengo una resistencia inquebrantable. No se de que te preocupas. — exclamó mientras se miraba las uñas. El menor soltó una carcajada.

Si, claro. se encogió en su lugar a las risas cuando Yuta alzó el puño en su dirección. — Ya! Perdón.

La botella llegó a su mesa junto con dos vasitos para shots, Matsushima haciendo los honores de destaparla y servir el primer trago.

Salud, entrenador! — chocaron los vasitos con cuidado y bebieron su contenido, ambos arrugando el rostro ipso facto. Siempre era así al inicio, ya después el sabor fuerte sería lo de menos.

Déjate de formalidades, tu... Grandísimo idiota! Soy tu amigo, además, ya no estoy en mi hora de trabajo!

La costumbre.

Costumbre, mi culo. — Shohei soltó una carcajada, Yuta tomando la botella para servir nuevamente el líquido en los vasitos. — Y... Cuéntame, ¿Que estuviste haciendo estos días, antes de que te dignaras a buscarme?

— ¿Siempre has sido así de dramático? — Yuta estiró el brazo por sobre la mesa y le jaló el cabello. — Ay! Ya, ya, hyung!

Entonces deja de meterte conmigo y habla!

El peli castaño hizo un puchero, sobándose el lugar del jalón.

Esto es maltrato, hyung. — suspiró ante la mirada atenta del otro. Quien no le dió importancia a sus quejas y movió su mano dándole a entender que empezara a hablar. Se encogió de hombros. — No mucho, solo estuve haciendo los trámites para poder volver al campus, inscribirme a la carrera nuevamente, los horarios, y todo eso. Lo que si me costó mucho fue encontrar un lugar en los dormitorios...

Pudiste haberme llamado. — interrumpió el mayor sin queja de por medio. — Te hubieras quedado conmigo mientras te restablecías.

♬♫♪𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑇𝑜 𝑀𝑒♪♫♬ 𝐸𝑢𝑛𝑠𝑒𝑜𝑘 𝑥 𝑆ℎ𝑜ℎ𝑒𝑖  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora